
Revista Comunicación
Mayúsculo fue el susto de los trabajadores de una morgue en Sudáfrica cuando un hombre de 80 años despertó en un depósito de cadáveres en Johannesburgo. Su familia le había dado por muerto después de sufrir un ataque de asma que le dejó sin pulso ni latido.
Los funcionarios del depósito de cadáveres oyeron gritos de auxilio desde el interior de una de las cámaras y fue en ese momento cuando descubrieron que un hombre de 80 años que había sido dado por muerto aún estaba vivo.
