Me propusieron un mini-debate para la revista MIA. Yo en "contra" de los zapatos en niños pequeños y otro profesional, podólogo, al que desconozco, a favor de ellos. Ignoro si ya ha salido publicada. En síntesis, mi intervención se resume en: “El zapato es para proteger y decorar”.
El zapato no es esencial para la formación del pie del niño. Cuando comienzan a gatear y a andar se les pone el zapato para proteger, pero no para formar el pie, ni el tobillo. El calzado está para proteger el pie de golpes e infecciones por eso el niño cuando llega a casa se puede descalzar con total libertad. Es más, yo defiendo que lo hagan. Se les puede poner zapatillas o calcetines antideslizantes para que estén más cómodos porque a lo mejor la sensación de frío les puede incomodar, pero los niños no se resfrían más por estar descalzos. Un especialista afirmaba "si en casa no le pone guantes tampoco le ha de poner zapatos".
No hay ningún motivo para pensar que por llevar zapatos van a evitar problemas como el pie plano. Las plantillas sirven para corregir el pie plano pero no lo curan. Es como las gafas, que con ellas ves mejor pero no te curan el problema de visión que tengas. El pie no se desarrolla mejor porque vaya sujeto, por eso el calzado ha cambiado mucho del que yo usaba en mi época cuando era pequeño, que era muy rígido, con cordones muy altos y la suela muy dura. Era cuando se pensaba que la plantilla corregía y ayudaba a formar el arco plantar pero hoy en día se sabe que esto no es así, que en la gran mayoría de los casos el arco se forma solo, a medida que el niño va creciendo y la musculatura y los ligamentos se van endureciendo.