El 2019 termina con un sabor extraño pero con mucho optimismo ante las nuevas experiencias y las nuevas propuestas que llegan ante esta década.
El 2019 ha dejado buenos momentos para las bandas nacionales, en rasgos generales nos encontramos con muchos momentos buenos que resaltar, pero hay mucho más que vivir.
Al respecto de la salud de la escena musical actual en España, podemos decir que el fondo musical que se ha generado en las salas ha sido más que interesante. Bandas como Rufus T. Firefly o Claim han dado un salto de calidad (a ojos del público) y siguen creciendo. Pero, pese a lo que pueda parecer, las bandas más emergentes siguen sufriendo ese síndrome de la sala vacía, un síndrome que se traduce en desánimo para los proyectos, no podemos permitirnos que las bandas se quiten esas ganas de girar y de presentar sus canciones fuera de sus ciudades.
Cabe destacar la buena saludo de los festivales, pese a parecer que existe una crisis y que muchos festivales van a desaparecer, hay propuestas que siguen creciendo y las grandes ciudades nacionales cuentan con festivales que tienen presencia de artistas internacionales y nacionales en condiciones (nos referimos al show para los asistentes). Pero se debe seguir apostando por grupos emergentes, grupos que estén creciendo y por grupos referentes que puedan ofrecer algo distinto.
La esencia del consumismo está haciendo que las nuevas tendencias de consumo de música dejen a las bandas a merced de modas, eso no es algo que ayude mucho y, desde nuestra perspectiva, la tiranía de las redes sociales no debe ser un obstáculo.
Este año desde J-musind hemos intentado ser un soporte, altavoz y espejo de la realidad de la escena y esperamos seguir creciendo.
Feliz 2020.