Revista Comunicación
Para muchos 2011 ha sido el año en que lo bueno terminó y la mediocridad volvió. Yo no soy de las agoreras pero he de reconocer que las cosas han cambiado un poco. Sin embargo pienso que no se puede escupir al cielo, y menos cuando Breaking Bad y 30 Rock, volverán en 2012 a darnos la vida.
Para mí 2011 se podría resumir en el año de los spoilers. Me han arruinado TODO. El primero, el de Breaking Bad. Supe una semana antes que el plano final sería ese, luego vinieron los de Dexter, American Horror Story... Supe giros antes de verlos y no tuve la culpa. Pero bueno, ya no hay remedio. Cada día hay menos límites y hay que vivir con eso.
Dexter:
Que ésta ha sido la peor temporada no se le escapa a nadie. La cosa es que estamos un poquito cansados de las interminables charlas de Dexter con su padre pero más que nada, de que siempre esté interviniendo en la investigación policial para poder matar él mismo al malo. En la temporada de Trinity más o menos nos lo comimos "Quiero investigar la manera de poder compaginar ser un padre con ser un asesino". En la temporada de Lumen la cosa estaba mucho más clara, se trataba de una venganza. Pero con ésta llegó el caos.
La muerte de Sam nos sirve para indagar en aspectos religiosos como el sacrificio y la redención y si Dexter cree en el perdón, tendrá que perdonar a Travis. Pero es que todo eso se soluciona a mitad de temporada. Llega un momento en que no nos importa nada ni Travis ni Gellar (porque durante media temporada estábamos más preocupados por Sam) pero lo peor es que no nos importa nada Dexter, y esto es definitivo.
Y Dexter no nos importa porque ahora es Debra Morgan la teniente. Ella se ha ganado el rango, tiene en contra a su jefa, a su ex novio, tiene que luchar contra sus demonios interiores, empieza una terapia y claro, cuando tiene esos momentos especiales para ella sola hablándonos a nosotros la serie se hace inmensa. Durante todos estos años fue importante que Dexter corriera peligro. El problema viene cuando la poli, que le ha pisado los pies durante tantos años ahora nos cae mejor que él.
Y ojo, aunque es un poco loco, no es nada descabellado el final pensado para Dexter y su hermana. El giro es maravilloso. Debra seguramente podría haber encerrado a su hermano en la cárcel, pero cuando se trata de amor esta chica actúa de otra manera totalmente distinta. Creo en la séptima de Dexter. La sexta ha sido sólo el tránsito.
Homeland:
Que éste ha sido el mejor estreno del año no se le escapa a nadie. Homeland es 24 sin gente andando por los conductos del aire acondicionado. Y como gracias a Dios, la cosa se cuenta en varios días, no necesitamos llenar media temporada con tramas que luego no van a ningún lado.
Las virtudes son muchas, empezando por la manera en que la serie cuestiona el concepto de héroe, critica sin tapujos las decisiones políticas de las altas esferas del gobierno americano y contempla diferentes puntos de vista de manera en que todos sus personajes tengan matices. Todos los matices, claro, que puedan existir en un thriller en que necesitamos diferenciar al bueno del malo.
Hay muchas diferencias entre 24 y Homeland. La definitiva es que Carrie está loca y ésta es su arma para llegar a la verdad.
American Horror Story:
Definitivamente nos ha encantado y ha sucedido algo que pocas veces pasa: El final de temporada podría haber sido un Series finale perfecto. Reconozcamos por favor que la serie no pretendía profundizar en nada. Sólo quería mostrarnos a un tipo vestido de látex apareciéndose de vez en cuando detrás de una puerta, a unas señoras encantadoras con unos trajes y un maquillaje maravillosos y ya. ¿Qué más daban los Harmon? Yo sólo quería ver a Jessica Lange hablando y hablando sobre cualquier cosa que me quisiera contar. Quería esos flashbacks divertidísimos y esas discusiones de matrimonios acabados condenados a estar siempre juntos.
De todos modos, puede haber series vacías y muy resultonas de la que no aguantas ni 3 capítulos. Supongo que en ésta todo estuvo bien. Dosis justa de terror, estructuras diferentes para no aburrir, uso de flashbacks para sorprender (y rellenar) y lo más importante: unos actores tremendos.
New girl:
Superado el tema del negro mutante (el actor dejó la serie en el capítulo 2), todo volvió a su sitio. Ahora mismo New girl es muy divertida. Por supuesto es ella y sólo ella la culpable de que funcione, pero ya hay tramas de los chicos en solitario. Los personajes y los guiones se asientan. Ha costado pero está pasando.
Mujeres desesperadas:
Ésta no está siendo la peor temporada, ni mucho menos, pero hay que reconocer que las historias se van agotando. Sin embargo, cuando te gustan tanto unos personajes, no hay manera de desentenderse. Sólo por la escena que cierra la mitad de temporada ha valido la pena. Que le den el Emmy ya a Marcia Cross. Nunca nadie lo ha merecido más.
Once upon a time:
Ésta empezó siendo una de las supuestas sorpresas. Pero para nada. Primero porque es una serie que consigue que actores guapos salgan horrorosos (empezando por cara de galleta Morrison) y segundo porque no se puede ir tan ricamente del pasado al presente, del cuento a la realidad sin aburrir a todo el mundo. La cosa es que a veces el flashback funciona mejor que el presente, simplemente porque a veces es durante el flashback cuando alguien decide contarnos alguna historia. Sin drama no hay interés. Y ésta es una serie en la que no pasa nada y nadie sabe qué hay que hacer, cómo hay que hacerlo y qué se quiere conseguir cuando se haga.
Si me tengo que quedar con las dos grandes series del año tiene que ser en drama con Breaking Bad y en comedia con Como conocí a vuestra madre, que no sólo está en plena forma sino que no ha perdido su capacidad de sorprender.
No voy a gastar ni una letra en hablar de los fiascos de Pan am, Playboy Club o Person of interest y tampoco voy a hablar de Revenge aunque hablé muy bien de su piloto y no lo haré sobre todo porque dejé de verla después de bostezar todo el tiempo durante su segundo capítulo.
Definitivamente se puede hablar de 2011 como el año de los fiascos. Pero esto es bueno. Alguno de estos tarados que quiso hacer la nueva Mad Men, la nueva Lost, se lo va a pensar mucho durante los próximos meses y es posible que rebusquen en proyectos sencillos e inteligentes. Pero vamos, que la fórmula no existe y nadie sabe nada. En vez de criticar tanto, demos gracia por todas esas series que nos hacen tan felices y a las que les queda, por lo menos, un año más. Ya lloraremos en diciembre de 2012 si no se acaba el mundo antes.