Video que realizó Álex Hernández de la manifestación del #15M
Hace ya una semana que dio comienzo en 50 puntos de España lo que, posteriormente, sería una fiebre de revolución pacífica que terminó por contagiar a ciudadanos de todas partes del mundo. Han pasado muchas cosas y se han dicho demasiadas otras, unas verdaderas, otras no tanto. Hoy vamos a poner un poco de orden a todo lo que ha ocurrido en Valladolid en los últimos siete días.
El domingo 15 de mayo se produjo una manifestación multitudinaria por las calles céntricas de la ciudad, a la que asistieron cientos y cientos de personas (no se ha podido contrastar el dato, hay quien habla de más de dos mil). La cosa quedaba así aquí, mientras que en Sol parte de la multitud decidía acampar esa noche en la plaza, para, a la noche siguiente, ser desalojados por unos policías que, casualidades de la vida, hicieron acto de presencia una vez que los medios de comunicación habían desaparecido.
Imagen de archivo de Ruta 42.
El 16 de mayo la noticia no eran los miles y miles de personas que se habían echado a la calle para protestar. Lo eran unos pocos (muy pocos en proporción al resto) a los que se les había cruzado un cable y se habían puesto a cargar contra mobiliario urbano y las fuerzas de seguridad. Esto daban los diarios, televisiones y radios. A su vez, a través de Internet y las redes sociales se estaba prendiendo la mecha de algo grande.
Para la tarde del día 17, en indignación por lo ocurrido la madrugada anterior en Madrid, volvían a echarse a la calle. Pero los medios seguían haciendo oídos sordos. Apenas nadie se hizo eco de la convocatoria y al día siguiente los espacios dedicados seguían siendo irrisorios. Por ello, Ruta 42 decidió salir a la calle para informar de ello, dentro de nuestras posibilidades.
El martes, en comparación con lo que vino después, la presencia fue reducida. Los asistentes eran mayoritariamente jóvenes, nada de extrañar teniendo en cuenta que en pocas horas se difundió la convocatoria a través de las redes sociales. Una franja de edad que se elevaría mucho más según pasasen los días.
La tremenda tormenta del miércoles no frenó a nadie. A pesar del temporal que caía, había más gente que el día anterior. Agazapados bajo sus paraguas y chubasqueros gritaban sus protestas contra unos mandatarios que les hacen sentir cual ganado. La lluvia les dio un descanso al anochecer y pudieron pasar la primera noche al aire libre de lo que, prometen, serán muchas más. Se organizaron pues en comisiones, cada una con un fin específico: logística, comunicación, ética y propuestas. Se armaron bajo las lonas, donde posicionaron unas mesas a modo de punto de información para los viandantes.
El jueves ya contaban con panfletos informativos acerca del Manifiesto de Democracia Real Ya (que tras organizar las marchas del domingo se había desvinculado de las acampadas que empezaban a poblar España, aunque mantenían el apoyo). Señores mayores se acercaban a todas horas a preguntar y enterarse del asunto, la mayoría siempre con palabras de ánimo para los que allí llevaban ya dos jornadas completas.
El viernes se triplicó la asistencia a las asambleas abiertas. Las cifras de algunos medios abogaban por unos 4000 asistentes. Empezaba a crecer la duda sobre qué pasaría a partir de las doce de la noche, momento en el que comenzaría el día de reflexión previo al de votaciones. Se quiso prohibir cualquier tipo de manifestación, alegando la posible manipulación de un voto libre. Los acampados aseguraban que nadie había pedido jamás que se decantasen por uno u otro partido político. El carácter, precisamente, apolítico del movimiento, permitió su permanencia en todas las plazas, finalmente.
Imagen de archivo de Ruta 42.
Y a las 00:00 horas, grito mudo. Por una democracia real, por una reforma de la ley electoral, y por cada petición particular que se albergaba en cada uno de los corazones allí presentes. A la mañana siguiente todo seguía como hasta el momento. Finalmente se mantendrían los campamentos al no considerarse inclinación hacia ningún partido en ninguno de ellos. Nuevamente un micrófono abierto a la tarde, en esta ocasión sin mencionar ni una sola palabra de política para no incurrir en la ilegalidad.
También desde Salamanca hemos contado con información diaria, además de las de Barcelona, Valencia, Madrid, Zamora, Burgos, Londres y París. En cada una de esas ciudades había otras personas que sentían la necesidad de contar lo que estaban viviendo. Y hemos publicado en primicia el discurso de Hördur Torfason, iniciador de la revuelta en Islandia, dirigiéndose al pueblo español.
Pero nuestra labor intensiva en Fuente Dorada ha terminado. Ahora que parece que los medios han despertado y han abierto los ojos, tenemos que volver a nuestros quehaceres de siempre para con la gaceta. Por supuesto, seguiremos informando de cuánto hecho relevante ocurra y del rumbo que tome el movimiento a partir de ahora, porque si algo hay seguro, es que no van a caer en saco roto las voces de, ya, millones de personas.