Retirada de la ley del aborto

La presión popular, la falta de apoyo por parte de la gran mayoría de las fuerzas políticas y el hecho de que el Partido Popular era plenamente consciente de que el restrictivo proyecto de la ley del aborto del ya exministro Alberto Ruiz Gallardón no gustaba ni en buena parte de su propio partido ha llevado al gobierno a la retirada del proyecto.

La retirada del proyecto de la ley del aborto no ha sentado excesivamente bien entre la Conferencia Episcopal, así como entre un buen número de los votantes del PP y diversos foro pro-vida que han prometido movilizaciones.

Pero lo que pone de manifiesto el cambio de criterio del gobierno a la hora de hacer marcha atrás con la ley del aborto es que la presión popular puede lograr grandes cosas si nos aprendemos a movilizar y si contamos con el apoyo de las principales fuerzas de la oposición. “Sí se puede”.

Un día feliz para todos aquellos contratrios con las políticas del partido del gobierno, por la retirada de un proyecto, que de haberse aprobado nos hubiera puesto en la cola de Europa en cuanto a los derechos de la mujer, y por haberse puesto fin a la carrera política del delfín político del desaparecido Manuel Fraga.

Alberto Ruíz Gallardón abandona la política tras no sentirse nada respaldado por la cúpula de su partido. Con el adiós del Ministro de Justicia, que también fuera presidente y alcalde de Madrid, el Partido Popular pierde a un político que hace algunos años parecía destinado a convertirse en presidente del Partido Popular y candidato a la presidencia del gobierno pero al que su propio partido parece no haberse cansado de zancadillear hasta haber conseguido su adiós a la política.

Éramos muchos los que hace unos años veíamos al señor Gallardón como a un político dialogante, y aparentemente mucho más progresista que la mayoría de sus compañeros de partido, pero el tiempo nos ha venido demostrando que no era más que un espejismo, ya que si algo ha quedado claro es que el ya exministro de justicia es una persona ultraconservadora, no excesivamente honesta, como se ha demostrado con la concesión de algunos indultos y las interferencias de su ministerio en algunos importantes casos, y poco dispuesta a dar su brazo a torcer en su ideario rancio y caduco.

MSNoferini