Apartado del mundanal ruido, en un entorno de estremecedora quietud, belleza y misterio como es la Montaña Palentina, se ubica el que fue antigua morada de monjes benedictinos, el Convento de Santa María de Mave. Convertido hoy en la Posada Real “El Convento”, sus muros aún emanan la tranquilidad del que fuera un mágico lugar de retiro espiritual en el Medievo.
Revista Viajes
Del primitivo monasterio perdura la iglesia de principios del siglo XIII, de estilo borgoñón con una belleza inigualable. En el antiguo claustro es donde se encuentra el edificio central de la hospedería y a su alrededor, entre enigmático pasillos, se distribuyen algunas estancias como el restaurante, comedor o salón con hogar. El esplendido jardín permite disfrutar de momentos de solemne placidez.
Las habitaciones están emplazadas en las antiguas celdas de los monjes, extraordinariamente rehabilitadas aún guardan la esencia monacal con el confort que requiere hoy el visitante.
Entre la primera y segunda planta se reparten veinticinco habitaciones con distintos ambientes que combinan a la perfección, la austeridad del monasterio de antaño con el gusto contemporáneo.
Se puede optar entre doble normal-standard, suite, habitación especial o habitación superior.
En el restaurante se pueden degustar platos tradicionales de la cocina castellano-leonesa como los asados de lechazo o la sopa de ajo y una recreación de platos monacales , entre otros manjares.
Además de descansar y disfrutar de las delicias gastronómicas durante la estancia se puede realizar actividades y visitas de gran interés cultural, como rutas para admirar el magnífico románico palentino del entorno.
Descansar, meditar, soñar…es la oferta de esta monacal estancia.