Revista Cultura y Ocio
Algo tan cotidiano como tomarse una cerveza es todo un reto para mí. Porque no soporto ni el olor ni el sabor de esta bebida tan popular. Mis caras de asco cuando me dan a probar un trago son un poema, y he necesitado todo un plato de bravas para poder acabarme la cerveza. Quizá debería titularlo "un trago, una brava"... La combinación fue matadora, no sabía qué era peor, si el allioli o la cerveza. El anuncio decía San Miguel, donde va, triunfa. Pues por mí ya puede irse a otro lado, porque conmigo no tiene nada que hacer.
Os dejo el vídeo de mi aventura cervecera, que está subido en mi canal de YouTube (Tesela del Mosaico).