Revista Cultura y Ocio

Reto peques y naturaleza

Por Vega Rot @devueltaalagua

A través de un blog que me encanta, Wendieland, he descubierto el reto que propone otro blog, Pequefelicidad, para esta primavera. Ando un poco tarde porque ya hace tiempo que es primavera, pero me apetecía compartirlo. Y más vale tarde que nunca!

corriendo por la playa
El reto consiste en ir con nuestros hijos una vez a la semana, una mañana, una tarde, lo que sea, a un entorno natural. Los que vivimos en ciudades solemos llevar a nuestros niños a parques de los de ahora, muy modernos, muy estudiados para que no les pase nada, con muchos colorines… Pero en esos parques se pierden la posibilidad de jugar con piedras, palos, pisar los charcos de barro a lo Peppa Pig… Es un reto simple pero que si te paras a pensar igual no lo hacemos tan a menudo y hay que reconocer que a los niños les encanta. Me pregunto qué tiene de alucinante mancharse de arriba abajo de barro, por ejemplo… Pero ellos lo disfrutan de verdad!! Os invito a plantearos al menos el llevar a cabo este reto.

Yo reconozco que más que un reto, para mi lo de ir a un entorno natural con los niños es una necesidad. ODIO los parques, mucho. No soporto a los niños que suben por el tobogán dejándolo hecho un asco. Me ponen mala los niños que se cuelan para subirse a los castillos. No soporto tener que andar pendiente de los juguetes que yo he llevado y que se llevan “prestados” todos los demás niños que no han llevado nada, porque supongo que para sus madres es más cómodo… Me ponen mala las conversaciones monotemáticas con las otras mamas, cuya opinión no me interesa en absoluto. En fin, que no me gusta nada de nada.

Por todas estas razones procuro evitar siempre que puedo ir al parque. No soy muy de monte, la verdad. Antes me encantaba esquiar, pero ahora con las enanas me da bastante pereza, y las montañas sin nieve no me acaban de emocionar. De vez en cuando un paseito por el bosque no está mal, me gusta, pero lo mío es el mar. Por suerte vivo en una ciudad con playa a orillas del Cantábrico. Es más, en 5 minutos andando puedo estar ya en la arena, y si me da por alejarme, a media hora de coche tengo innumerables playas diferentes a las que ir, y ese es nuestro plan de naturaleza preferido. En invierno y en verano. Siempre tengo una mochila preparada con palas y cubos y a la mínima de cambio allí que nos plantamos a jugar. Eso de pasar las horas tumbada en la toalla vuelta y vuelta pasó a la historia hace 5 años (el tiempo que hace que nació [A.]). Ahora nos dedicamos a buscar piedras, conchas y las miles de cosas que te puedes encontrar en una playa. En verano es obvio, ¡el agua es lo primero! Para bañarte, para pescar… Pero en invierno también hay mucho que hacer… Y lo bien que sienta respirar el aire del mar… Alguien me dijo una vez que tenía salitre en las venas y estoy segura de que es cierto. Y de que se lo he transmitido a mis hijas, ¡menos mal!.

Me da mucha pena pensar en esos niños que se pasan el día en el mismo parque, subiendo y bajando por los mismos sitios y sin una triste flor que regalar a sus mamas, así que espero que todo el mundo se sume a este bonito reto y nos obliguemos a salir a la naturaleza un poco más. Aunque se manchen. Aunque se caigan. Una única tarde en la naturaleza hace que el fin de semana parezca unas vacaciones… ¡pero en barato!.

¿Te apuntas al #retopequesynaturaleza?


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