Revista Diario
Hoy hemos empezado la cuenta atrás para la vuelta al cole. Dentro de una semana nuestros hijos habrán comenzado un nuevo curso. Da vértigo ver cómo pasa el tiempo y cómo ellos van creciendo. Pero ahí está, tenemos un nuevo curso por delante lleno de retos, de novedades y también de rutinas. Una de ellas es el desayuno.
En estos tiempos que estamos acosados por anuncios televisivos llenos de mentiras, alimentos que sobrepasan con creces las cantidades de azúcar recomendadas en la infancia y donde aparentemente todo vale, una madre se plantea ¿y qué le doy para desayunar?
Recientemente hablando con varias amigas me daba cuenta de que los niños desayunan, en líneas generales, rematadamente mal. Parece que lo único que importa es que se llenen un poco el estómago de buena mañana para cumplir y listos. Luego nos echamos las manos a la cabeza con los índices de obesidad existentes entre la población infantil. Una de ellas me contaba que el desayuno habitual de su hijo este verano había sido un croissant (de bolsa) con nocilla y un vaso de leche con cacao soluble. A media mañana un zumo de tetra brick completaba la hazaña. El niño había empezado a echar barriguita y ella estaba preocupada porque a sus ojos no comía 'tanto'.
Este no es un caso aislado y bien podemos sustituir el croissant con nocilla por las galletas de chocolate o esos cereales que son azúcar pura. Y como en su etiqueta pone 'para niños' pues ala, ya lo damos por bueno.
No soy la que mejor alimenta a su hijo seguro, ni me las voy dando de ello, pues sólo me faltaba. Imperfecta soy un rato pero sí que es cierto que desde hace tiempo me preocupa mucho toda la basura que se mete en la comida etiquetada para niños. Y no deja de sorprenderme la laxitud legal que hay. Las marcas de alimentación infantil hacen lo que quieren y no pasa nada, se permite todo. Pero tu obligación es leer etiquetas y elegir lo que es mejor para tu familia. Podemos cometer un pecadillo, hombre claro que sí, pero dar rutinariamente ese tipo de alimentos a nuestros hijos perjudica su salud claramente. Así que, ¿por qué no ponemos un poquito de nuestra parte? Nos quitamos la venda de los ojos y empezamos a pensar con lógica.
En primer lugar, mi hijo tiene 8 años, come lo mismo que yo, ¿por qué razón tengo que comprar un producto especial para niños? No hay motivo. Son más caros, de peor calidad y con mucha más azúcar. Así se lo he explicado a él. Angelito, es difícil resistirse a los atractivos envasados, a los anuncios de la tele. Les meten el consumismo por las orejas y es difícil no caer en la tentación. Pero todo es explicar y concienciar. Y sobre todo, ¡no los compréis! Obviamente si los tienes por casa, ellos lo comerán. Cuando tú no quieres comer algo, ¿qué haces? No comprar.
¿Qué le doy a Rayo de desayuno?
Cuando contaba con un añito Rayo decidió que eso de cereales y papillas eran una guarrería y que él o tomaba teta o sino me quitaba el pan tostado con aceite de oliva de mi desayuno. Así que con eso empezó, con tostadas, y con eso sigue. Ese es su desayuno favorito, tostadas de pan con aceite. Y ojo, nada de pan de molde, tostadas de pan pan, como él dice, es decir, pan de barra. Esto lo solemos acompañar de un zumo de naranja recién exprimido. No toma leche por la mañana, nunca le ha gustado, así que los lácteos los dejamos para el postre de la comida, un yogur, o bien para la merienda o cena.
Algunos días a las tostadas con zumo le acompaña un pequeño bol de cereales, bien de chocolate o sencillos de trigo. Pero los cereales que compramos no son de atractivas cajas y famosas marcas. Los compramos en el herbolario. Por curiosidad fijaros en la cantidad de azúcares de unos y otros. La diferencia de precio no es tan grande.
Mi propósito para este nuevo curso es incorporar algunos trozos de fruta fresca que le pueda apetecer. No una pieza entera o un trozo muy grande, sino pequeños trocitos para ir creando el hábito de introducir algo tan sano con la fruta en su desayuno: unos trozos de piña, una fresa, algunos tacos de pera.... Estos días he empezado a hacerlo y no le ha disgustado. Algo se ha dejado, pero bueno, todo es crear la costumbre y que lo vea en el plato.
El desayuno es muy importante para todos, especialmente para los niños. No debéis permitir que acudan al colegio sin desayunar. Para que tengan tiempo suficiente despertarles diez minutos antes, de tal manera que puedan sentarse a la mesa sin prisa y con tiempo para tomar su desayuno.
Y vosotros, ¿qué dais de desayunar a vuestros hijos?