Hoy más que nunca la palabra “emprendedor” se ha convertido en algo “hot”, en algo “trendy” y en algo “cool”, es decir, actualmente está de moda ser uno, y si no lo eres, pareciera que estás destinado a hacer parte de la burocracia administrativa de las empresas, en el sentido menos positivo.
Hace ya casi 20 años que tuve mi primera aventura como emprendedor, cuando después de años de trabajo en empresas multinacionales, y habiendo trabajado en Estados Unidos, Brasil y México, y después de un riguroso análisis de factibilidad de negocio, abrí desde cero la operación de la marca Barilla en México, el líder mundial de pastas. Y cinco años después tuve mi segunda oportunidad de emprender, cuando por encargo de los headquarters de Red Bull en Austria, abrí desde cero también, Red Bull en México.
Pero fue en el 2011 cuando tuve mi primer encuentro con el mundo del emprendedor de tecnología, y encontré gente joven, entre 22 y 28 años, apasionada pero ingenua que, rodeada de grupos de soporte diversos, aceleradoras, y mentorías, obtenían recursos financieros de fondos “semilla” de inversión o “Angel Investor”, a cambio de una participación de las futuras empresas. Ese ambiente y sus jugadores, me mostraron la inmadurez que los emprendedores y los responsables de asignar los fondos de inversión tenían, ya que descartaban cualquier experiencia o recomendación que alguien con mayor experiencia que ellos, pudiera ofrecerles en beneficios de sus negocios. Hablaban de los “burning rates”, de los “pivots”, del “bootstrapping”, pero pensé que tal vez estaba perdiendo algo de vista, así que decidí que tenía que participar con ellos en un proyecto y vivir en conjunto sus experiencias para ver si era yo, o si de verdad la ingenuidad era la principal característica del emprendedor.
También te puede interesar: Aprender a emprender jugando
En ese mismo año que asumí mis riesgos y con mi capital como garantía, y posteriormente con la participación de un fondo semilla de inversión e inversionistas privados, me inicié en el desarrollo de startups de tecnología, lanzando 12 meses después una de los primeras tiendas en línea en México, invitando como socio principal a una millennial típica de 26 años de edad, emprendedora de tecnología con las virtudes y vicios de los mismos.
Durante cinco años, quise probar bajo mi riesgo la convivencia de dos mundos paralelos en los negocios, el de la generación X y el de los Millennials, y esto fue lo que encontré:
1. El actual emprendedor no está consciente de que el largo plazo no son seis meses, sino que a veces se necesita un ciclo completo de 12 meses para sacar aprendizajes y conclusiones válidas, antes de hacer un “pivot”.
2.El emprendedor actual no entiende los beneficios de una fase ”Beta”, no entiende que uno aprende y corrige, aprende y corrige y va perfeccionando su modelo de negocio, antes de un lanzamiento “full sale”.
3.El control de los “burning rates” no determinan el éxito de un proyecto, y es una de las mayores obsesiones de los emprendedores. Es un plan de negocio, bien pensado y mejor sustentado, lo que nos va a dar un P&L sólido que nos permitirá tomar las mejores decisiones para el negocio.
4.El ecosistema del emprendedor está creando una generación de “loosers”, y son muy pocos los casos de éxito. Lo más peligroso que vi, es ver crecer una generación de emprendedores acostumbrados a fracasar, pero hábiles en bajar recursos financieros de las aceleradoras para nuevos proyectos. Y peor aún, emprendedores que creen que juntándose a beber cerveza y platicar sobre sus fracasos y como tiraron a la basura dinero de los accionista o fondos de inversión, se harán mejores emprendedores.
5.El emprendedor actual cree que ser “Founder”, “Co-founder” o CEO de un negocio de papel, es lo más importante, y no entienden que esto no vale nada si no hay una responsabilidad sobre el retorno de inversión y sus premios hacia los accionistas.
La oportunidad para el emprendedor está en direccionar todas sus energías en hacer un buen trabajo de planeación de negocio, y ser perfecto en la ejecución de los mismos. No tengo dudas de que hay muchas buenas ideas, pero no nos olvidemos que una buena idea, la mata una mala ejecución, y que una mala idea, no la salva una buena ejecución.
El reto principal hoy para los emprendedores no es externo, es interno, es tener la humildad de preguntar, asesorarse y acercarse a la gente experimentada; no tienen nada que perder y si mucho que ganar. Necesitan entender que emprender no es un juego, que hay dinero real y que necesitan hacerse responsables de sus resultados, pero, ¿será que el ego millennial los dejará entender la importancia de esto? Yo personalmente, no lo creo. Está en el DNA de esta generación.
No hay mal que dure 100 años, ni Fondo de Inversión que lo resista.
Buena suerte.
Por: Victor M. Buscardo
Marketing News
Revista líder en Marketing con columnistas internacionales de alto nivel. Actualízate de las últimas novedades, eventos y tendencias a nivel nacional e internacional de la industria del marketing, publicidad, tecnología, innovación y diseño. Editor General.
Más artículos por Marketing News Comparte este artículo: Facebook 0 Twitter 0 Google+ 0 LinkedIn 0