Revista Psicología

Retrato de un dependiente emocional

Por Webpsicólogos Psicología Online Profesional @webpsicologos

Dificultad para poner límites

La persona dependiente no pone límites, no conoce y no expresa sus deseos, y necesidades, no sabe decir «NO» ó «BASTA» ante un comportamiento inadecuado de otros y así va dejando que los demás le hagan daño y le infravaloren. «Todos tenemos derecho a decir NO y la libertad de decir SI».

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Dificultad para poner fin a la relación

La persona dependiente suele mantener relaciones con personas inaccesibles, inseguras, poco fiables, celosas, que las controlan, que no las valoran… Mantienen estas relaciones no por lo que les aporta, sino por el miedo a estar solos, a no encontrar otra persona, por creer que no podrían soportar el dolor de una separación y así siguen haciendo todo lo posible por evitarla y siguen aferrados a relaciones infelices.

La adicción al amor

Dificultad para ser uno mismo
dependiente emocional

Las personas dependientes derrochan más energía en preocuparse por su relación y por los demás que por ellos mismos, así no explotan sus potencialidades y habilidades personales, ni atienden sus gustos y preferencias. Tienden a negar sus necesidades, lo que quieren o desean, o a decirse a sí mismos que lo que ellos quieren o necesitan no es tan importante.

Manipular

Las personas dependientes suelen utilizar «juegos psicológicos melodramáticos». Estos son una vía indirecta para poder satisfacer sus deseos y necesidades, son conductas manipuladoras que hacen que las personas se relacionen de forma desigual.

Dar para obtener algo a cambio

La persona dependiente da amor condicional, la idea es «si hago lo que los demás desean obtendré lo que yo deseo». Dar para agradar y en consecuencia de esa gratitud recibirán el mismo trato de los demás, pero cuando no es así, aparece la rabia y la frustración.

Intentar cambiar o controlar a los demás

Como el dependiente se considera incompleto, recurre a otras personas en busca de eso que le falta y así intenta cambiarlas y mirarlas con lupa en busca de faltas, en un esfuerzo por camuflar sus propios miedos e insuficiencias. «Si él/ella cambiara, yo sería más feliz». «Me haría feliz que él/ella fuera más sensible”. La persona dependiente responsabiliza a los demás de su problema «no soy feliz porque él/ella no cambia», quizá como le resulta demasiado complicado cambiar ellos mismos, desean que cambien los que le rodean y les aporten felicidad, pasando por alto que nadie excepto ellos mismos puedan generar sus propios sentimientos.

dependiente emocional

Necesitar de los demás para sentirse completos

¿Cuántas veces hemos intentado llenarnos con la compañía de otra persona, o con una relación? Pensamos que son los demás los que tienen la llave de nuestra felicidad, la persona dependiente, cree que necesita tener cerca de otra persona para sentirse completo, lleno, equilibrado y seguro.

Si es este el tipo de expectativa que ponen en las relaciones con los demás, correr el riesgo de desilusionarse y seguir buscando la felicidad en una persona tras otra. Piensan que son ellos los que tienen el problema porque no saben llenarlos, no saben hacerles felices. Cuando quien tiene verdaderamente el problema son ellos mismos.

Nadie puede llenarse con nadie ni hacer feliz a otra persona que no sea a sí mismo. Sólo siendo felices nosotros podemos ser felices en compañía.

Buscar valoración en los demás

La imagen que uno tiene de sí mismo desempeña en papel importante en el éxito de sus relaciones. En las relaciones dependientes la autoestima suele depender de la respuesta o el comportamiento de otra persona.

La persona dependiente, es frecuente que se guste tan poco a sí misma que piense que no está bien tenerse en cuenta. Ponerse él mismo en primer lugar, jamás. La mayoría de las veces piensa que solo tienen algún valor si hacen cosas por los demás o si cuidan de ellos, así, nunca dicen NO. Creer que deben esforzarse al máximo para caer bien y lograr la amistad y el aprecio de los demás.

Temor al abandono

El dependiente tiene tanto miedo a la soledad y al abandono que tiene problemas para confiar en los demás, a menos que lo tengan siempre a la vista, necesita controlar a la otra persona, saber dónde está, con quién, qué hace minuto a minuto…

Suele ser una persona tan insegura que cree que si no «vigila» a la otra persona éste va a desaparecer, le va a abandonar y aquí es donde surgen muchos comportamientos típicamente celosos que pueden llegar a asfixiar la relación.

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Retrato de un dependiente emocional

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