Revista Cultura y Ocio
Editorial: Tusquets
Nº de paginas:240 Autor: Luis Landero(Alburquerque, Badajoz, 1948) Mas del autor y su bibliografía, por ejemplo aquí En la habitación de un hospital, en la que, se supone, será la última noche del protagonista, un hombre narra lo que ha sido su vida, a una oyente de la que apenas sabemos nada.El protagonista nos describe a retazos, a golpe de recuerdos desordenados, la existencia de un hombre normal, con una vida intranscendente. Es uno más, un ser más, de los que quedan olvidados en los anales de la historia con una existencia simple, que solo puede inspirar literatura a uno mismo.Un antihéroe más de Landero, a partir de la cual construye una narración amena, y divertida.Enumera una serie de anécdotas, escogidas al azar, de lo que ha sido su vida, buscando en el lector, la complicidad del personaje absurdo que todos llevamos dentro y con el que tenemos que convivir hasta el final de nuestros días. Porque si algo refleja el protagonista, tal y como el título indica, es el retrato de un hombre inmaduro, cualidad de la que todos portamos algo y que intentamos dominar. Así, y desde el principio, el personaje se gana la simpatía de quien lo lee.Desde su propia intrascendencia, es capaz de crear un argumento loco, con gran sentido del humor, sin caer en la histeria del tránsito a la muerte y admitiendo ésta como otra anécdota superflua que le toca vivir. Porque la muerte está tan presente en la narración, como las anécdotas locas del protagonista, asumiendo el mismo grado de importancia o simpleza que las demás. El tono del autor, hace que relativicemos hasta el final, porque esto no deja de ser un puñado de historietas de las que se acaban recordando las más absurdas.Siempre es agradable leer a alguien que escribe tan bien como lo hace Landero, y si pretende hacerte sonreír (y lo consigue) mucho mas, pero para que una historia me enganche del todo, necesito algo más que una secuencia de anécdotas divertidas, presentadas aleatoriamente, y en forma de monologo. El desorden en la presentación de los recuerdos, la elección aleatoria de anécdotas poco relevantes, está claramente elegido para reforzar la visión simplista e irrelevante de la vida, pero a mí, personalmente me ha faltado un argumento lineal.Del libro me quedo con su intención, saber que esto no es más que una absurdez transitoria por la que todos tenemos que pasar, y para lo cual necesitamos unas altas dosis de sentido del humor. Ingrediente este último, imprescindible para convivir con uno mismo.El libro esta bien, es ameno, y me ha hecho sonreir. Landero escribe muy bien y merece la pena leerlo, solo me ha faltado una historia ordenada a la que engancharme.