La persona perfeccionista cree que todo debe hacerlo a la perfección. Para ella la sola idea de realizar un trabajo imperfecto la sume en un estado de gran tensión y nerviosismo.
El perfeccionismo condena a la frustración
No concibe la posibilidad de cometer errores porque cree que un único error es suficiente para desmoronar el sentido de su vida. Interpreta los errores como un fracaso y no como una posibilidad para aprender y superarse a sí misma. Mantiene una actitud muy autocrítica consigo misma y con los demás, a los que acaba viendo como seres imperfectos.
Desea ser siempre la mejor en todo, y esto le acarrea la antipatía de mucha gente. Sus éxitos no la satisfacen porque siempre encuentra algún defecto, de ahí que la vida le proporcione tan pocas satisfacciones y sea tan propensa a la depresión.
Su nivel de productividad no está en consonancia con su nivel de esfuerzo, ya que pierde gran parte de su tiempo en cuidar todo tipo de detalles. Suele declinar llevar a cabo actividades que desconoce porque teme fracasar en ellas, de modo que siempre realiza aquellas actividades que ya domina. Parte de las expectativas excesivamente utópicas e inalcanzables.
Optar por el término medio
La búsqueda de la perfección es una vía directa hacia la frustración. Generalmente, la persona adicta a la perfección cree que a mayor perfección se corresponde mayor felicidad. Por el contrario, rechaza totalmente la idea de permanecer en el término medio. Para ella esto no equivale a una toma de posición moderada ante la vida, de recibir alegremente lo que ésta nos ofrece, sino a la peor de las posturas.
Frustración, una reacción emocional más
La adicción a la perfección está basada en el pensamiento todo/nada. Según este sistema irracional de pensamiento, el error es sinónimo de frustración; una prueba mal resuelta, una pequeña falta, la menor incorrección dan al traste con todos los éxitos conseguidos. El pensamiento dicotómico es autodestructivo y paralizante, e infunde en el ánimo de la persona una gran ansiedad y una sensación de perpetuo fracaso.El círculo vicioso de postergar
Situarse en el término medio significa aceptar que la vida está llena de pequeñas imperfecciones, y que no por ello merece menos la pena vivirla. Ante el hecho de que no existe nada absolutamente perfecto, el ser humano puede optar por tres caminos diferentes: el de la confrontación, el de la resignación y el de la conformidad.
Los debería de la vida
No esperar de la vida más de lo que ésta puede ofrecernos y recoger con alegría sus frutos es la filosofía sustentada por las personas que viven en el término medio.
Como disminuir el miedo al fracaso dando 4 pasos de gigante
Algunas buenas razones para dejar de ser perfeccionista
- Las personas perfeccionistas suelen hacer muy bien todo lo que hacen, pero a cambio viven continuamente en tensión, preocupadas, insatisfechas y deprimidas.
- Las personas que no pretenden hacer las cosas a la perfección son a la larga más productivas y obtienen una mayor satisfacción que las personas perfeccionistas.
- La perfección no asegura la satisfacción. Se puede hacer un trabajo perfecto y sentirse insatisfecho, o realizar una actividad simple, como por ejemplo dar un paseo, y sentirse satisfecho.
- Buscar la perfección es absurdo porque todo puede mejorarse.
- Las personas que intentan ser perfectas en el fondo lo hacen para evitar el fracaso o la crítica. Paradójicamente, el ansia de perfeccionismo les provoca una ansiedad tan grande que acaban convirtiéndose en su peor enemigo. No necesitan ser criticadas porque ellas mismas ya lo hacen.
- Las personas perfeccionistas acaban siendo vistas por los demás como seres rígidos y tensos.
- La vida de las personas perfeccionistas puede acabar siendo abundante en éxitos, y mísera en satisfacciones.
- Cometer errores es humano y aceptarlos es reconocer nuestra condición humana.
- Aprendemos de nuestros errores. El fracaso es una oportunidad para el crecimiento personal.
- Las personas perfeccionistas ven el vaso medio vacío, y las no perfeccionistas lo ven medio lleno.
- La felicidad no está en hacer las cosas perfectas, sino en hacerlas.