Abordamos un análisis para PC rescatado del baúl de los recuerdos: este ‘Splinter Cell: Chaos Theory’ que tiene ya la friolera de 16 años a sus espaldas
En todas las partes de la serie Splinter Cell nos hemos visto involucrados en conspiraciones de muy diversa índole. En la que nos ocupa, viviremos situaciones aún más escabrosas e intrincadas. La acción nos sumergirá en misiones límite que deberemos sortear de las formas más sorprendentes. Creeremos, a veces, que el destino tiene tretas imposibles de sortear, pero dada la maestría y la destreza de nuestro agente especial podremos evitar los obstáculos que surgirán en cada momento.
‘Splinter Cell: Chaos Theory’ es un videojuego de sigilo, por lo que pasar desapercibido en todo momento será nuestra mayor baza para completar las misiones encomendadas. Si hacemos uso de las habilidades que tiene nuestro agente especial, podremos convertirnos en un aliado de las sombras. En eso precisamente radica el esfuerzo de los programadores de Ubisoft, en convertir su última creación en toda una síntesis de los demás títulos de la serie. Sin duda estamos ante el mejor de todos por los atractivos visuales y jugables que en él se proponen.
El argumento del videojuego se centra en un conflicto entre Corea del Norte y China, dos países que se unen en contra de Japón, al que bloquean por medios marítimos, creando así un ambiente hostil que podría derivar en una guerra. La NSA manda a uno de sus agentes más importantes, Sam Fisher, quien deberá primero resolver qué es lo que sucede con un grupo terrorista llamado “La voz del pueblo”, capitaneados por Hugo Lacerda, quienes andan detrás de unos algoritmos informáticos. El grupo terrorista ha secuestrado a Bruce Mongerholt, un programador de ordenadores y éste debe ser localizado. Está trabajando en los algoritmos de Phillip Masse -personaje que ya apareció en la primera parte de Splinter Cell-, quien murió a manos de Fisher. El gran reto es encontrar qué conexiones hay entre estos hechos y la contienda que se ha formado a raíz de las tensiones en el este asiático.
En este Chaos Theory, volvemos a las andadas en cuanto a la tónica general del juego. Debemos hacernos imperceptibles ante el enemigo, por lo que será muy importante andar entre las sombras como si fuéramos un felino, sin hacer el más mínimo ruido y comportándonos como una serpiente sigilosa. Todo esto puede medirse con la barra de exposición, por lo que subirá o menguará en función de lo que nos dejemos ver. Habrá que evitar las fuentes de luz y encontrar lugares alternativos por los que deslizarse. Es curioso, porque podemos pasar completamente desapercibidos aunque el enemigo se encuentre al lado, mientras que otro que esté lejos puede vernos si estamos debajo de un foco de luz. La inteligencia artificial, en este sentido, juega a nuestro favor cuanto más estemos sumidos en la oscuridad, así es que esa será la mejor solución para que no nos vean. Por otro lado, para ayudarnos en nuestras pesquisas, lo mejor será la interacción con el entorno. La jugabilidad ha cambiado en muchos aspectos, y es que los elementos que pueden emitir luz son muchos más, por lo que hay que estar más atentos de lo normal para no ser sorprendidos.
A esta interacción con la luz, hay que unir el hecho de que podemos interactuar con muchos más objetos que en los otros juegos pasados. Diseminados por el escenario podemos encontrar distracciones para los enemigos que nos vendrán muy bien para apartarlos momentáneamente del camino. Así, por ejemplo, mientras vemos cómo un enemigo hace su ronda, si cogemos una botella y la tiramos hacia otro lado, nos dejará paso para poder seguir sin peligro de alerta por si nos descubren.
Las misiones, tanto primarias como secundarias, ahora se pueden seguir de una manera más consciente, es decir, que podemos optar por seguir las segundas o no. Esto tendrá sus consecuencias en el devenir de los acontecimientos, y nos hará tomar conciencia de lo importante que será realizar unos actos u otros. Asimismo, podemos salirnos del itinerario previsto al tener más espacio para realizar otras cosas o escoger caminos diferentes. En este sentido, es muy interesante cómo este aspecto ha cambiado incluso la forma de acabar con los enemigos, pues podemos abordarlo desde muchas perspectivas. Por ejemplo, desde cornisas, desde el techo o desde cualquier saliente que nos brinde la posibilidad de acabar con ellos.
Muy interesantes son también los comportamientos que se observan en las patrullas que vigilan los entornos por los que deambularemos. Ahora reaccionan a cualquier estímulo que les llegue, es decir, que cualquier cosa que noten que ha cambiado a su alrededor les hará estar sobre alerta. Así por ejemplo, cuando rompemos cualquier punto de luz, los enemigos comenzarán a dar vueltas alrededor, investigarán y no se relajarán hasta que todo esté en calma. También son más sensibles a cualquier ruido que podamos hacer, sobre todo cuando pisamos suelos en los que haya cristales o cualquier otro elemento parecido. Además, también podrán parapetarse tras cualquier objeto que les ayude a estar más seguros, como por ejemplo mesas o armarios que estén disponibles a su alrededor.
A colación de las nuevas habilidades de Sam Fisher, todos los movimientos y habilidades del personaje se han tratado hasta el más mínimo detalle. Recrean, con gran precisión, el realismo de una misión de espionaje ultrasecreto. Si en las demás entregas de la serie podíamos ver a Sam Fisher trepando por cualquier lugar, en esta parte podremos observar cómo sus movimientos logran un mayor abanico de posibilidades. Y no solo estéticamente, sino funcionalmente. Ahora Sam Fisher puede realizar movimientos en tirolina, hacer rappel, rodar por el suelo, saltar sobre enemigos, disparar con una sola mano mientras está colgado, interrogar a enemigos mientras les tiene cogidos del cuello, recoger los cadáveres del suelo y esconderlos, cortar lonas o plásticos con su cuchillo…Además de un gran número de posibilidades con las que nos sorprenderá la aventura.
Además de exhibir un espectáculo visual de lo más cautivador, podemos recrearnos en la pasmosa facilidad de uso de las teclas y el ratón. Todo se ha facilitado en mayor medida para que el usuario encuentre la sesión de juego reconfortante y sencilla. Es una regla de oro para cualquier video juego que se precie: la usabilidad y el sistema de juego. Una de las virtudes de Splinter Cell es precisamente su conexión con el jugador, nos vemos envueltos en la trama sin darnos cuenta, gracias en parte a su conseguido control e interacción.
No faltará el ya ineludible uso de los visores, con sus diferentes modos para poder observar en visión nocturna, visión térmica o EMF (objetos eléctricos). Es una de las herramientas que más se usan en entornos oscuros y se vuelve imprescindible si queremos terminar cada nuevo escenario. Como siempre, su alternancia se realiza con las teclas asignadas para este menester, y su uso no reporta demasiada dificultad, puesto que solo debemos pulsar el teclado sobre los números 2, 3 y 4 para ello. Habrá que estar atentos para su uso en cada momento que sea necesario, aumentando por momentos la sensación de estar viviendo una auténtica aventura de infiltración.
No se han pasado por alto, por supuesto, algunos “gadgets” que vendrán muy bien para llevar a buen término las misiones. La “sticky camera” es uno de ellos, ya que podemos adosarla a cualquier lugar para observar lo que sucede sin movernos de un sitio e incluso usarla para que emane gas venenoso que dejará inconscientes a quienes estén al lado; también podrá hacer uso del zoom, las lentes térmicas ola visión nocturna. El “sticky shocker” es también muy curioso, ya que se trata de una herramienta que, bien usada, puede traernos muchas alegrías. Con ella, cualquier superficie mojada puede jugar a nuestro favor, puesto que si logramos que llegue a un charco, por ejemplo, logrará emitir una descarga eléctrica que dejará KO a los contrarios. Lo mismo sucederá si lo disparamos sobre cualquier enemigo, donde producirá una buena descarga en su cuerpo. Para este menester también está el “ring airfoil”, capaz de noquear al enemigo a una gran distancia.
Por otro lado, mediante la cámara provista de tecnología óptica, podremos ver lo que pasa tras algunas puertas y conocer el número de enemigos que nos aguardan o los potenciales peligros que puede haber tras cualquier muro o pared. Pero aún hay más, hay otros gadgets que son usados para desencriptar los sistemas de seguridad de los equipos informáticos que están diseminados por el juego. A modo de dispositivo conectado a los mismos, podremos acceder a cualquier terminal y leer correos electrónicos, apagar o encender sistemas eléctricos, desconectar máquinas, etc.
Por supuesto, no nos olvidamos de las armas. Como siempre, podemos llevar un máximo de tres, más que suficientes para acabar a las bravas con los NPC´s que se pongan un poco más violentos de lo normal (aunque no hay que olvidar que es mejor usar nuestras habilidades de sigilo e infiltración). El arma más importante es el rifle SC-20K, que puede disponer de accesorios (hasta un total de cuatro), proporcionando cada uno de ellos diferentes propósitos (ya vistos en el apartado gadgets). También disponemos de otras como la pistola, provista de silenciador, o bien el cuchillo para los combates cuerpo a cuerpo.
En otro orden de cosas, y hablando de la barra de energía de Fisher, tenemos que tener en cuenta que si nos alcanzan con disparos esta mermará ostensiblemente, por lo que para recuperar esa vida perdida hay que hacer uso de botiquines de salud. Estos se encuentran desperdigados por algunos puntos del mapeado, así es que si nos vemos en un apuro, no hay que dudar en hacer uso de ellos. Sam los abrirá y tras ingerir su contenido, veremos cómo la barra de energía ha incrementado su gráfico.
Dentro del apartado gráfico no queda otra opción que quitarse el sombrero. No solo han bordado el diseño de escenarios, sino que han logrado recrear todos los entornos a la perfección para sumirnos en una ambientación muy conseguida.
Si antes nos referíamos a este juego como el mejor de los tres de la serie, ahora cobra totalmente sentido al observar el nivel de detalle que muestran los gráficos que acompañan a la acción. Las texturas se han mejorado sustancialmente, utilizando para ello los consabidos efectos de las librerías DirectX, que en esta ocasión se han optimizado para la versión 9.c. También es imprescindible, para observarlo en su máximo esplendor, una tarjeta gráfica de última generación que nos proporcione una base tecnológica adecuada para su visualización. Ante todo, ‘Splinter Cell: Chaos Theory’ es un juego de continuidad, pero hay diferencias entre lo anterior, y este no tiene ningún inconveniente en arriesgarse al apostar sobre seguro en la calidad gráfica. Conseguir que las texturas y superficies sean realistas tiene un precio, por lo que es necesaria una gran máquina. Si tu CPU tiene cualidades para ello, el desembolso de dinero por el juego tendrá sus evidentes beneficios; sobre todo por nuestro disfrute. Si te apasionan las experiencias que te proporciona el sigilo y pensar antes de actuar, estas de enhorabuena porque con este ‘Splinter Cell: Chaos Theory’ conseguirás grandes satisfacciones.
El apartado sonoro no iba a ser una excepción, y está a un nivel que raya la perfección. Si eres poseedor de una tarjeta de sonido que incluya EAX podrás saborear la exquisitez de este formato. Sonidos que emulan el agua al caer, gotas que retumban en una caverna, pasos del enemigo que se acerca, efectos de eco o voces distorsionadas que se escuchan detrás de una pared, además de un largo etcétera. Se trata de una amalgama de sonidos que te dispensarán una atrayente atmósfera, que te hará creer que estás dentro de la acción.
Las voces de los personajes incluidos en el juego tienen una factura similar a la mostrada en ‘Pandora Tomorrow’ (en la primera incursión de Splinter Cell las voces dejaban un tanto que desear por utilizar entonaciones demasiado ridículas), y además de estar dobladas en un perfecto castellano, se ha intentado proporcionar la entonación más adecuada a las distintas situaciones. Podremos escuchar conversaciones entre soldados o las propias palabras de Sam Fisher con el Third Echelon, información que nos proveerá de pistas para nuestras pesquisas. En este sentido, si queremos sonsacar información a nuestros enemigos podremos cogerlos por la espalda en una maniobra de retención ya clásica en la serie. De esta forma mediante la intimidación podremos sonsacar todo aquello que queramos saber de inmediato y nos pueda reportar pistas en la investigación.
El sonido de ambiente se ha ajustado a las distintas situaciones en que nos veremos envueltos. Así, por ejemplo, si nos encontramos en la borda de un barco, el sonido del mar se escuchará en todas direcciones. Las voces de los enemigos se oirán de acuerdo con el lugar donde se encuentren (más alejadas, más altas o bajas, con eco, distorsionadas, etc.). Además, otro aspecto que mejora la acción son las consabidas subidas de tono en la melodía cuando nos detectan; la música aparece y se eleva de repente, creando unos perturbadores instantes de alerta. Es un elenco de todo tipo de efectos sonoros que teniendo un asentamiento puramente realista, le otorga al juego un perfil idóneo para amenizar largas partidas delante de nuestro PC.
‘Splinter Cell: Chaos Theory’ puede competir ya en igualdad de condiciones con los juegos con más empaque de la última hornada. Nadie se podrá resistir a la mayor fiesta de la infiltración que se nos puede brindar actualmente. Si con ello podemos lograr que pasemos unos emocionantes momentos y la adrenalina nos suba hasta niveles desorbitados, mejor que mejor. Apúntate al rey indiscutible del sigilo, Sam Fisher va sumando más adeptos cada día.
Autor: Sebastián Tito Rodríguez
Análisis realizado originariamente en octubre de 2005, y no publicado en ningún medio hasta el día de hoy.
La entrada Retroanálisis: ‘Splinter Cell: Chaos Theory’ de Ubisoft para PC (2005) se publicó primero en Coliseo Digital.