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Retrospectiva 'Buffy, Cazavampiros': 2ª temporada

Publicado el 03 mayo 2015 por Doctorindy
Retrospectiva 'Buffy, Cazavampiros': 2ª temporada
Vale. Ahora sí. Aquí es cuando la serie empieza a petarlo seriamente y a demostrar de lo que es capaz. La cosa seguiría mejorando, pero el impacto que me dejó esta temporada hace que siga estando entre mis favoritas.
Mi apreciación de la temporada se divide en dos. Durante la primera mitad, aproximadamente, veía algo similar a la anterior temporada, no notaba ese salto de los que todos hablaban. Aun así, en esta fase hay cosas positivas que señalar. Para empezar, los personajes pasan de caerme bien a encantarme. Es difícil señalar específicamente el porqué, pero diría que la clave es el inicio: Xander y Willow jugando a adivinar frases de películas. No sé, de pronto supe que ya estaba perdido. Que esta serie era para mí. Además, sí es verdad que desde el capítulo de Halloween los capítulos son cada vez más disfrutables e ingeniosos, y Spike es un villano tremendamente carismático (tranquilos, en breve sigo hablando de él). Además, que Xander y Cordelia se líen me parece un puntazo. Los romances tipo "te odio tanto que te quiero" me suelen funcionar muy bien.
Eso sí, el foco principal es la relación entre Buffy y Ángel, cada vez más profunda e intensa. Incluso llegué a pensar que demasiado. Pero entonces ocurre: se acuestan por primera vez y la serie se ríe en mi puta cara de tonto. Porque de pronto comprendo que hay un plan, que todo está ahí por alguna razón, y que la serie va a estar dispuesta a girar hacia el drama sin pensárselo dos veces. Si algo puede salir mal, saldrá mal. La ley de Murphy (porque esa es la ley de Murphy, Nolan, te pongas como te pongas) es la ley de Buffy.
Ángel pierde el alma por estar, ejem, demasiado a gustito con nuestra heroína, por ser feliz, algo que no contemplaba la maldición que le hacía ser bueno. Vuelve a ser Angelus, se convierte en el villano sorpresa de la temporada, y el asunto no puede manejarse mejor. La recta final de la temporada es oscura, deprimente, cruel y tiene una carga emocional espectacular que refuerza el doloroso salto a la madurez de Buffy. Su sentimiento de culpabilidad por lo sucedido y la forma de reflejarlo es de serie grande, de tratamiento de personajes digno de elogio. Quiero decir. El capítulo del poltergeist en el instituto. Qué pasa con eso. Qué forma de explorar el trauma de Buffy es esa. Qué barbaridad, por favor.
El resto de personajes también se definen más. Giles es una figura paterna cada vez mayor para Buffy. El que le va a dar las charlas, el que le va a reñir si hace falta, y también el que va a estar siempre ahí para ella. Que se preste atención a su relación con Jenny tampoco es casual, no ya porque la muerte de ella a manos de Angelus es un punto de inflexión, sino porque, antes de eso, proporciona un momento qe me entusiasma, ese en el que Giles se pone del lado de Buffy al descubrir la verdadera identidad de Jenny. Sigue siendo uno de mis momentos favoritos de la serie, aunque parezca poca cosa. Una simple frase y la reacción de tres personajes distintos a la vez en un solo plano. Me parece un trabajazo de dirección de actores.
En lo referente a Willow, diría que aquí comienza su larga y constante evolución. Que elija a Oz en vez de seguir esperando a Xander ya va dando muestras de un aumento en su autoestima. Está dispuesta a vivir su vida, a definir una identidad propia. El hecho de que, tras la muerte de Jenny, empiece a coquetear con la magia es decisivo.
Xander tiene un papel complicado, sobretodo en las primeras temporadas. Es el chico corriente, el más humano, y por tanto a veces es un capullo. Repasar la serie me hace reparar más en su proceso de madurez, algo más lento que el de sus amigas. En esta temporada su comportamiento no siempre es el correcto, pero creo que es una de las razones por las que es un personaje tan emotivo. Cuanto más la cague, mayor impacto tendrán sus momentazos, que los habrá, vaya que sí.
Vale. Hablemos del mejor personaje de la serie y uno de los mejores que ha dado la televisión. Hablemos de Spike. No sé ni por dónde empezar. En cada temporada vemos a un Spike diferente, formando en conjunto una evolución de caerse de espaldas. Vamos poco a poco. De momento, aquí le vemos como un villano chulo y macarra que sí, quiere matar a la Cazadora, desatar un infierno y todo eso, pero su motivación principal es curar a su novia, Drusilla (chiflada y por tanto sumamente entretenida de ver). Cuando lo consigue, empezamos a ver que no es un villano absoluto. De pronto se encuentra con que el débil es él y Angelus está ocupando su lugar, robándole a la novia, de paso. Pues a tomar por culo, si para librarse de él y recuperar a su Drusilla se tiene que aliar con Buffy, adelante. Me encanta. Es un giro cocinado a fuego lento que sabe a gloria. Por supuesto, en la batalla final la deja tirada una vez logra su propósito, pero queda claro que él va a lo suyo, que está de su propio bando. Al menos de momento.
El final, y ya con esto acabo, deja a Buffy echa polvo pero mucho más madura y habiendo superado su primer gran conflicto. A mí, me deja impactado y con ganas de más.

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