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Retrospectiva 'Buffy, Cazavampiros': 4ª temporada

Publicado el 24 mayo 2015 por Doctorindy
Retrospectiva 'Buffy, Cazavampiros': 4ª temporada
Llegamos a la habitualmente considerada peor temporada de la serie junto con la 1ª, y si bien veo claramente la parte floja en esta tanda, confieso que es una de mis favoritas.
Antes de explicar lo mucho bueno que veo aquí, será mejor quitarse de encima lo negativo: sí, Adam y todo lo que lo rodea es una mierda. Un villano a lo monstruo de Frankenstein que no interesa nada. Nunca. Y Whedon y su equipo casi parecen conscientes en vista de que solo sale durante la segunda mitad de la temporada. En cuanto a su origen, la Iniciativa, resultaría un concepto interesante si se le diese ALGO de chicha, si plantease ideas, si reflejase algún tema. Pero tal y como está, parece algo más propio de 'Arrow' que del ingenio de esta serie. Vale. ahora pasemos a las maravillas de la temporada.
Lo puedo resumir en que es aquí cuando los personajes EXPLOTAN. No solo se va perfilando la que será la formación ideal de la Scooby Gang (en la siguiente temporada será cuando se asiente), sino que ganan profundidad, matices, carisma y la relación entre ellos es más compleja. Desde el principio de la serie los personajes han sido su punto fuerte, pero creo que aquí se pasa a un nuevo nivel. La serie en sí parece más pulida que nunca hasta entonces, y más preocupada por examinar a sus protagonistas que en la trama de la lucha contra el villano de turno. La prueba de esto no es solo que esa trama sea floja, sino que el gran final de temporada no es vencer al malo (eso se hace en el penúltimo capítulo), sino un excelente ejercicio de autoanálisis como es 'Restless'. Un viaje a los sueños de los 4 personajes principales. No se necesita más. El episodio en sí es una joya surrealista cargada de simbolísmo de lo más críptico, de hecho, he tenido que buscar análisis en la red. Una vez asimilado, el capítulo no hace más que acabar de definir las inquietudes de nuestros héroes a lo largo de la temporada y preparar el camino para decisiones y dilemas que llegarán más adelante. Por si fuera poco, antes de eso tenemos 'Hush', un capitulazo que sin palabras avanza a lo grande las relaciones entre nuestros héroes. Así que venga, hablemos de los personajes.
Irónicamente, creo que Buffy es la que menos conflictos tiene esta temporada, y eso es lo interesante. Riley es el chico perfecto para ella, y si bien está encantada con él y es importante en su vida, a la hora de la verdad no la llena en absoluto. Buffy nunca se altera, ni para bien ni para mal, cuando está con él. Y eh, a mí no me disgusta Riley, es difícil que el rollo boy scout encantador me moleste, y su vínculo con la iniciativa cohesiona la temporada y es un giro divertido, pero me encanta ver que Buffy no está realmente implicada con él. Cuando sí se implica es cuando se burla de Spike. Es con él con el que va a tope. Lo odia con pasión y eso le encanta. ¿O quizá lo quiere con pasión y eso le asquea? Será uno de los temas más interesantes de la serie. El caso es que de nuevo se dan pistas de la oscuridad interior de nuestra heroína, algo que se empieza a explicar poco a poco. Conocer a la primera Cazadora y lo que representa, violencia, brutalidad, muerte y soledad es fascinante, y es una gran idea que sea en el último capítulo, pues da una sensación de arco finalizado a una Buffy que parecía no tenerlo esta temporada.
En cualquier caso, creo que aquí se profundiza más en sus amigos que en ella. Willow, por ejemplo, pasa por cosas importantísimas, siempre relacionadas con su identidad propia, algo, por supuesto, realzado a la perfección con su segmento en 'Restless'. La universidad tiene un efecto Peter Parker en ella, deja de ser una empollona asocial y se convierte en una chica guay y moderna con plena confianza en sí misma, o eso parece. A lo largo de la temporada se va apuntando una dependencia clara de la magia para forjar esa personalidad "mejorada", porque en el fondo se sigue viendo a sí misma como un cero a la izquierda. Esa dependencia, por cierto, establece paralelismos cada vez más evidentes con las drogas, asunto que se rematará en la 6ª temporada. El caso es que la marcha de Oz nos da el primer vistazo no solo al lado vengativo de Willow, sino un abuso no controlado de la magia, como si Willow la considerase su única herramienta para lograr sus objetivos. Empieza a pensar que ella, por sí misma, no puede hacer nada. Por eso es tan interesante la llegada de Tara. Con ella se mete más aún en el mundo de la magia, sí, pero también adquiere control y seguridad. Con Tara está a salvo. La conexión entre ellas es tan profunda y sincera que el hecho de que su amistad se convierta rápidamente en amor es sumamente natural. Nace así la pareja más emotiva, más "bonita", de la serie. Seguramente.
Xander, por su parte, empieza a notar a tope el peso de ser "el inútil" del grupo, no en la lucha contra el mal esta vez, sino en la vida en general. Su viaje a lo largo de Estados Unidos se fue al traste, es el único que no va a la universidad, vive en el sótano de unos padres a los que odia y solo consigue trabajillos sin futuro. No logra madurar, avanzar. Es un fracasado total. Por eso mola tanto que Anya esté tan loca por él. Me encanta Anya, por cierto. Es uno de esos personajes cuyas características deberían molestarme (quejica, impertinente, egoísta...), pero a los que siempre se les da el punto cómico y entrañable. Anya no tiene mala intención, simplemente es brutalmente honesta. Por eso cuando dice que quiere a Xander, es que le quiere de verdad. Es un complemento necesario para él, y me resultan una pareja entretenidísima. De todas formas, es un puntazo que a la hora de vencer a Adam se deje claro el rol de Xander como corazón del grupo. Cada vez será más habitual que sea él el que suelte el discurso motivador a Buffy, o el que la ponga en su sitio. Y me parece perfecto.
Giles, por su parte, se enfrenta a una crisis de identidad. El personaje gana aquí muchísima humanidad y profundidad, lo vemos como a una persona y no tanto como al mentor de Buffy. Como el resto, tiene sus propios dilemas. Empieza a desear tener su propia vida y dejar que Buffy vaya a su aire, pero una parte de él tiene miedo de dejarla sola y quiere sentirse necesitado. Decididamente, Rupert se adentra en su etapa más interesante, al igual que los demás.
Y luego está Spike, que gracias a Dios, se convierte en personaje principal. Como sabemos, cada temporada Spike muestra una faceta distinta, siendo esta la del más absoluto patetismo. Incapacitado para hacer daño a los humanos y arrastrado una y otra vez hacia Buffy y sus amigos. A él le pasa como a ella: mucho odiarla mucho odiarla, pero le encanta que le dé caña y devolverle los insultos y los desprecios. Eso sí, él está verdaderamente obsesionado con ella. Le ha vencido tantas veces que casi ha nacido una especie de respeto y admiración por su parte. Sabe que es la puta ama. Y encima le pone burrísimo, está claro. Así que todo está listo para uno de los ¿romances? más extraños, fascinantes y a pesar de todo emotivos que he visto nunca.
A parte de esto, tener a un villano inofensivo en el grupo es divertidísimo (la alegoría sexual al no poder morder a Willow, toda esa escena, es impagable. Y lo mejor es que sirve para perfilarla a ella también). Lo cierto es que esta temporada alcanza unas cotas de comedia altísimas. Quiero decir. La subnormal de Harmony como vampiresa cutre es todo un hallazgo. La patética pelea de NENAZAS que tiene con Xander, a cámara lenta y con música épica me mata cada vez que la veo. Y encima es la amante de Spike, para disgusto de él ("la sífilis me gusta más que tú"). Brillante.
Antes de acabar, destacar el comienzo del arco redentor de Faith, distribuido a medias con 'Ángel'. Gracias a la imprescindible maniobra del intercambio de cuerpos, siente en sus propias carnes que la gente a la que tanto daño quería hacer no se lo merece, y sobretodo, que el camino luminoso que lleva Buffy es mucho más satisfactorio.
En fin, creo que nada más. A pesar de Adam y bobadas como 'Beer Bad', gran temporada. Ojo a la siguiente.

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