Revista Cine
Y finalmente, la serie se desenmascara. Es en esta temporada donde se hace innegable que bajo la apariencia de una serie de fantasía y aventura siempre ha habido una serie sobre personajes y relaciones. Los protagonistas se enfrentan aquí a la vida adulta, dando lugar a una de las mejores temporadas (ahí ahí con la 5ª), cargada de madurez y con un tono permanentemente gris. Y canciones. También hay canciones.
Antes de analizar las maravillas que ofrece esta 6ª temporada, conviene comentar lo único un poco flojucho: el Trío, los aparentes villanos en esta ocasión. La idea de unos frikis patéticos como enemigos que en realidad no suponen ningún reto para la Cazadora es divertida, y tienen sus puntos, pero en general sus escenas me sacan bastante de la serie. Afortunadamente, al final no son el gran enemigo que derrotar, simplemente desencadenan algo mucho más interesante. Más adelante lo comentamos.
Pero venga, vamos al lío. Como apuntaba, nuestros protagonistas se enfrentan a la vida adulta, perra como ella sola, y fracasan estrepitosamente, cada uno por sus propios motivos. Todo lo que puede salir mal esta temporada sale mal. Todos están jodidos y demuestran ser personajes totalmente grises. Es alucinante. Empezaron como arquetipos pero no han hecho más que crecer y ganar en matices. Y esta temporada se dedica simplemente a estudiar sus mierdas.
La más claramente deprimida durante buena parte de la trama es Buffy, y motivos no le faltan. Tras morir para salvar el mundo, sus amigos la resucitan. Pero no estaba atrapada en una dimensión demoníaca como pensaban, sino en el Cielo (cabe decir que egoístamente la hubiesen resucitado de todas formas, todos lo sabemos, y es natural). Así que tenemos a nuestra protagonista en horas bajas y totalmente desconectada de un mundo que ahora ve más hostil que nunca. Un punto de partida brillante como pocos y lleno de posibilidades para profundizar. El personaje se escribe solo. Sus amigos no pueden entenderla porque no está dispuesta a confesar que en realidad le han hecho una putada gorda. Sus actividades como Cazadora ya no significan nada para ella porque total, ya ha experimentado la muerte. Sus responsabilidades como tutora de Dawn le abruman, delegando en Giles sin pensárselo dos veces. Y oh, vaya vaya, ¿quién parece comprender por lo que está pasando? ¿Con quién puede relajarse sin tener que estar a la altura de nada? Spike. Por supuesto. Lo cual la deprime aún más y todo lo mencionado anteriormente se agrava. En serio, todo esto es oro. Creo que esta es la temporada en la que Buffy resulta más interesante y en la que el retrato que se hace de ella es más complejo y maduro. Al fin y al cabo... joder, su tira y afloja con Spike tiene telita, ¿eh? Sí, finalmente se enrollan, pero no con el tono que uno esperaría. Esto no es "al principio se odiaban pero acaban juntos porque polos opuestos bla, bla, bla". Esto es una relación muy negra plagada de maltratos por ambas partes. Y con una carga sexual importante. O sea, no vemos nada muy explícito, pero lo que se insinúa... tela. Buffy se desprecia por todo esto, claro.
Es imposible señalar cada momento clave en esta relación porque ocupa toda la temporada, pero empezaría destacando la primera vez que follan. No por eso concretamente, sino por la "disculpa" que Buffy se da a sí misma. Si el chip de Spike la pasa por alto, será que resucitar la ha vuelto maligna o algo. Qué más da. "Si soy mala me lo puedo tirar". Me parece fascinante. Dice muchísimo de su inquebrantable moralidad y del concepto de heroína que tiene de sí misma. Obviamente se exige demasiado, hasta el punto de que tener algo "oscuro" adquirido de forma mística es mejor que ser débil y no tener un comportamiento completamente decente. Sigue sin aceptar que es un personaje tan gris como el resto. La gran salvadora del mundo, la única capaz de hacerlo, necesita terapia. Es fabuloso.
Siguiendo con esa "excusa", otro momentazo viene cuando Tara (el personaje más luminoso, y por tanto el que paga el pato) le explica a Buffy que no tiene nada malo, que no la ha poseído nada, que se regreso de la muerte no la ha cambiado de alguna forma mágica. Y Buffy rompe a llorar y le suplica a Tara que no la perdone por lo que ha hecho. El episodio ('Dead Things') termina así. NIVELAZO. Por cierto, antes, en este mismo episodio (¡Dios!), Buffy descarga todo su auto-desprecio en Spike dándole una brutal paliza, lo cual supone la representación física de lo que lleva haciendo toda la temporada. Él también se pasará tres pueblos con ella, pero me gusta que no se pase por alto que el maltrato emocional al que le somete es tremendo.
¿Os he dicho ya que esta es la temporada DEPRIMENTE? ¿Aporto más pruebas? Vale, pongamos 'Normal Again' sobre la mesa. El episodio en el que Buffy cree que toda su vida en Sunnydale es una ilusión y que en realidad está encerrada en un psiquiátrico de Los Ángeles. Y LE PARECE BIEN. Ahí está el giro: la ilusión de la que intenta escapar es el mundo real. La leche. Incluso aunque finalmente logre escapar de la verdadera alucinación y acepte que la depresión que tiene es la realidad, el capítulo es oscuro de cojones. Encima, el final se permite ser ambiguo y decirte que si quieres puedes ver toda la serie como la invención de una chica trastornada. Alternativa idónea para fans muy cabrones.
Y ahora, para animar un poco las cosas, un intento de violación. Sí, en esas estamos. El punto más bajo en la relación Buffy-Spike, lo que lo cambia todo. Me gusta (aunque es una maniobra muy arriesgada) que sea un momento horrible para ambos. O sea, para ella es evidente, pero aquí es cuando Spike se da cuenta del ser patético en el que se ha convertido. Nunca ha entendido porqué Buffy no quiere estar con él, porque el concepto de moralidad se le escapa. Así que se pasa media temporada queriendo convencerla de que se deje de milongas y sea completamente suya. Por eso ese intento de violación es más jodido si cabe, porque en realidad está intentando sacar a la luz ese amor que cree que Buffy siente de la única manera que sabe: con violencia. Está suplicando. Spike ha hecho cosas horribles. ¿A cuántas mujeres habrá violado y matado? Y sin embargo, creo que esta es la primera vez que se siente avergonzado. No solo por hacer daño a la chica que se supone que quiere, sino por haberlo hecho con esa desesperación y falta de dignidad. Ha sido utilizado por Buffy, ha sido castrado como vampiro por la Iniciativa, y ahora esto. Spike sigue siendo un monstruo, pero ya no puede ser el villano molón que fue. Es demasiado penoso. Y a pesar de la humanidad e incluso bondad que demuestra de vez en cuando, tampoco es un ser humano. Esto nos lleva al finalazo de la temporada, que comentaré cuando toque.
Como último apunte con estos dos, destacar que a pesar de todo Buffy no está más cabreada de lo normal con él, ni se la llega a ver demasiado traumatizada. De hecho, más adelante pretende dejar a Dawn a su cuidado. Envía un mensaje un tanto incómodo sobre la situación, porque parece que... le comprende. Un asunto polémico que me deja con una sensación extraña. ¿Por qué ni Buffy ni yo podemos odiar a Spike después de esto? ¿Es ese uno de los grandes triunfos de la serie?
Uf, vamos a pasar a asuntos más sencillos. Lo de Xander y Anya. Ya he dicho que me encanta esta pareja, y sin embargo, SABÍA que al final no se iban a casar. No solo porque ninguno es lo bastante maduro, sino por algo bastante más serio. La razón que se da, que Xander tiene miedo de convertirse en un marido tan asqueroso como su padre, es lo bastante sólida como para que él crea que es por eso, pero pienso que en realidad es por algo que se apunta fugazmente mientras ve su falso futuro, pero que todos sabemos, en el fondo. Algo muy sencillo: Anya nunca va a ser su prioridad. Porque ya lo es Buffy. Siempre lo ha sido y siempre lo será. Oh, no dudo de que esté enamorado de Anya, pero no puede ser la persona más importante de su vida. Hay un capítulo de la anterior temporada en la que el troll Olaf obliga a Xander a elegir a quién salvar, a Anya o a Willow, y él no puede elegir. Vale. Si la elección hubiese sido entre Anya y Buffy la situación hubiese sido distinta, estoy convencido.
Para rematar todo esto, le repugna más descubrir que Buffy se ha estado tirando a Spike que VER como Anya se lo monta con el vampiro por puro despecho. Lo de Xander con Buffy no es amor, es adoración. La tiene en un pedestal, y eso no es bueno para su amistad.
Por su parte, como Anya es incapaz de procesar emociones complejas, se convierte de nuevo en demonio. Por Dios, esta temporada es sádica... ¡pero tan dolorosamente coherente!
Y para muestra de esto... Willow. Por fin completa su viaje hacia el lado oscuro de la magia, algo que, no olvidemos, empezó como quien no quiere la cosa en la recta final de la 2ª temporada. Las similitudes de su situación con la adicción a las drogas es evidente y por tanto no hay mucho que comentar, así que es más interesante observar otros elementos. Por ejemplo, ese momentazo en el que se hace oficial lo que se lleva insinuando desde 'Restless': que todo esto de la magia viene por una brutal falta de autoestima. Ella misma se lo confiesa a Buffy, quien está pasando por algo muy distinto y a la vez idéntico. Sí, esta temporada está planificada de puta madre.
Ahora quiero detenerme en su relación con Tara y lo que representan ambas, al menos al inicio de la temporada. Con Buffy muerta, Dawn tenía que quedar al cuidado de o bien Xander y Anya, o bien Willow y Tara. Que sea la segunda opción me parece una seria sacada de chorra por parte de los guionistas. Antes de verla nunca había oído comentar demasiado los tabúes que rompe la serie. O sea, tenemos a una joven pareja de lesbianas haciéndose cargo de una adolescente. ¡Es la hostia! Sobretodo por la naturalidad con la que se enfoca, hasta el punto de que cuando se separan por la adicción de Wilow, Dawn reacciona como si sus padres se estuviesen divorciando. Del mismo modo, cuando se reconcilian se lleva una alegría. Es genial. Y si funciona todo esto es principalmente por Tara. Recordemos que Giles se ve obligado a marcharse para ver si Buffy y compañía maduran de una vez, y que no se da el caso. Dawn está muy sola, no tiene ninguna figura autoritaria sólida, y da mucha pena. Tara resulta ser la única responsable y con la cabeza bien amueblada. Así, Dawn y el espectador nos aferramos a ella con desesperación. En serio, a partir de cierto punto en la temporada es verla y suspirar de alivio. Qué gusto da que vuelva con Willow y que por fin la añadan a la cabecera de la serie como protagonista.
Inmediatamente después la matan.
Joder.
Ahí está el verdadero propósito del Trío y de Warren en concreto, el único de los tres verdaderamente malo. Había que llevar a Willow al extremo, al lado oscuro DE VERDAD. ¿Recuperada? En una temporada así, que parece precursora de 'Juego de Tronos' la hija de puta, ni de coña. Así, en la recta final, Dark Willow asume la posición de villana, y me parece la hostia. Por un lado es angustioso que Buffy y compañía tengan que enfrentarse a su amiga con tal de que no llegue a convertirse en una asesina. Pero por otro lado... oh, sí nena, eso es justo lo que quiero ver. Quiero ver a a una bruja con todas las de la ley matar de forma cruel y retorcida y darse de hostias con Buffy. Y eso es justo lo que me dan. Coño, si es que solo falta que Buffy y Willow corran la una hacia la otra a cámara lenta y choquen en el aire o algo. Muy satisfactorio. Y ya cuando Giles reaparece de repente con magia prestada y listo para dar caña, pues sí, mira, grité y todo.
El regreso de Giles, por cierto, nos trae uno de los mejores momentos de la temporada, ese en el que Buffy le pone al día de las deprimentes y patéticas vidas que han estado llevando todos últimamente y él, y más adelante ella, rompe a reír. Perfecto, sencillamente. Un momento de pura humanidad antes de la traca final, que me chifla. En la temporada anterior ya tuvimos una lucha épica. Aquí lo que encajan son los sentimientos, maldita sea, LOS SENTIMIENTOS. Así, no es Buffy la que salva el día, sino Xander, en el que es para mí su mejor momento de la serie. Sí, derrota a la Willow maligna, literalmente, con el poder del amor, pero por increíble que parezca, funciona. Entre la sencillez y honestidad de Xander y lo bien que conocemos a los personajes y la profunda amistad que los une, es difícil no emocionarse. Ese abrazo es justo lo que necesitábamos.
Buffy por su parte se reconcilia con el mundo y conecta por fin con Dawn, la persona en la que más debería confiar. Una temporada tan chunga solo podía tener un final así de BONICO.
Antes de cerrar con la extremadamente hypeante trama final de Spike, es evidente que tengo que hablar del genial 'Once more, with feeling'. Así que se han ido construyendo una serie de conflictos para todos los personajes, ¿eh? ¿Y por qué no hacer que TODOS entren en una nueva fase en el mismo capítulo? ¿Y por qué no hacer que ese capítulo sea UN MUSICAL? Pues hala. Aprovechando la oportunidad que dan las canciones para que los personajes expliquen en voz alta lo que piensan y sienten, Whedon lo peta haciendo que los personajes avancen a través de unos números variaditos la mar de pegadizos y demuestra que esta serie está entre las especiales. El seguimiento que hubiese tenido en la era Twitter, madre mía...
Para un análisis como se merece del capítulo, os enlazo aquí el que hizo nuestro habitual Xavisase para Zona Zhero. Todo queda en casa.
Y ahora, el final. Spike se va a África para que un demonio ancestral (supongo) le deje "como estaba antes" y así "darle su merecido a la Cazadora". Ay, Dios. ¿Es posible que se refiera a...?
"Te daré lo que pides... te devolveré... TU ALMA".
[Insertar grito quinceañera histérica]
¡¡HOSTIA PUTA!! Spike se convierte en el personaje más importante de la serie. La última temporada es suya.