Cuidado con el típico "todo es mejorable"
Matilde es una colaboradora excepcional , que por su empresa y sus compañeros “MA-TA”. Eficiente al máximo, genera buen ambiente a su alrededor, lleva incorporado el gen de la positividad de fábrica, es creativa, comprometida, serena en situaciones de crisis, sus aportaciones son oportunas, es asertiva, escucha activamente… vamos : “una joya”.
Llega el día de su reunión de evaluación con su responsable.
Éste no ha “tenido tiempo para prepararla”, pero total… es un tipo de reunión que tampoco necesita mucha preparación ¿no?.
¿Qué le dice a Matilde? Pues eso…
- que “están muy contentos con ella” (¿quiénes?),
- que es un “elemento” importante en el equipo (¡elemento!)
- que cumple los objetivos (¡como si ella no estuviera al tanto!)…
- y para acabar de” arreglarlo” añade “te pongo un 9, en lugar de un 10 porque “todo es mejorable”!!!
Matilde sale pensando que su responsable es un inútil (y tiene razón), que ambos han perdido el tiempo (y tiene razón) y que le hubiera gustado saber en qué aspectos concretos debería mejorar (si los hay) para ser calificada con un 10 (y una vez más, tiene razón).
Y su responsable por su lado, se extraña de que este trimestre “parece” que Matilde esté menos motivada… con “lo bien que la dejó en la reunión de evaluación”Llega a la conclusión de que estas reuniones no sirven para nada…
¡Que alguien le quite la bolsa de papel de la cabeza!.