Revista Coaching
El ticket de mi reunión
Nos parece lo más normal del mundo justificar los gastos que realizamos a cuenta de la organización para la que trabajamos. Es lógico, todo gasto hay que justificarlo. Pues bien, no olvidemos que una reunión es un gasto. Un gasto considerable. Ya en su día os pasé un link para su cálculo. A eso hay que añadir (aproximadamente) el coste de oportunidad. Algunos me dirán que no es un gasto, es una inversión y para “picarme” añadirán “como la formación, ¿no?”. Mi respuesta es que, igual que la formación, pasará de gasto a inversión en función de sus resultados.
Imagínate que antes de cualquier reunión tuvieras la obligación de justificarla. ¿Podrías? ¿Qué y cómo lo harías? Quizá esta obligación previa nos ayudaría a abortar alguna.