Una reunión “todo a cien” es esa reunión que se caracteriza por mucha cantidad, de poca calidad y que si sumas… acaba costando carísima.
Una reunión de “todos a cien” es la que nos pone de los nervios (a cien o a mil) mientras nos preguntamos:
- ¿Qué hago yo aquí?
- ¿Cuándo empezamos de una vez?
- ¿Cómo narices hemos llegado a hablar de esto?
- ¿Tanto rato para esto?
- ¿Por qué no me envía el ppt o la documentación y me ahorro de oír su voz mientras se limita a leerla
- ¿Por qué lo llaman reunión si es una ponencia?
- Y al final ¿cómo hemos quedado?
- ¿A qué hora vamos a salir?
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