El otro día leía que los pañales desechables se popularizaron en las décadas de los cuarenta y los cincuenta en el mundo occidental debido a dos factores fundamentales:
- La escasez de algodón. Supongo que durante la II Guerra Mundial no había mucho tiempo para dedicarse a la agricultura y que las necesidades militares se llevarían gran parte de la producción. Además, un conflicto bélico de ese calibre no alentaría demasiado las "importaciones" de otros países.
- La incorporación de la mujer al mercado laboral. Con la mayoría de los hombres en filas, las mujeres tenían que ocupar los puestos dejados vacantes por estos, sobre todo para mantener la maquinaria militar a pleno rendimiento. Obviamente, las mujeres dejaban a sus hijos al cargo de otras mujeres (hermanas, vecinas, abuelas) que se debían ver con toda una tropa a la que atender y con poco tiempo libre para lavar (teniendo en cuenta que no había lavadoras) los pañales de tela.
En esta tesitura, los primeros desechables ofrecieron una vía de escape en una situación comprometida para todos. La incorporación de la mujer al mercado laboral se convirtió en una realidad a partir de ese momento y, como consecuencia de ello, los pañales desechables se comenzaron a a asociar con la modernidad de una mujer "liberada de las ataduras del hogar" gracias a los avances que le permitían dedicar su tiempo libre a consumir otros bienes.
Y así fue como los pañales de tela cayeron en el olvido (casi como el anillo único después de que lo encontrara Smeagol y se lo llevara al interior de la montaña, permítanme la analogía friki al más puro estilo El Señor de los Anillos)...
Hasta que han vuelto a renacer en los últimos diez o doce años de la mano de un consumo más responsable, una mayor preocupación por el medio ambiente y madres dedicadas a crear, casi artesanalmente al principio, una nueva generación de pañales de tela adaptados a los culos modernos, a los tiempos modernos y a la variedad de tejidos disponibles en la actualidad. Hoy en día, los pañales de tela ofrecen incontables opciones y posibilidades de elección y ninguna de ellas pasa por el caldero de pañales o bajar a lavar al río.
Por eso los pañales de tela de hoy en día no tienen nada que ver con esas gasas que se hervían en grandes ollas ni con esos picos o pantalones de plástico que, a modo de hule, mantenían la humedad alejada de la ropa "exterior" del bebé.
Y digo ropa exterior porque si en vez de concebir los pañales como un objeto de consumo de usar y tirar los entendemos como una prenda más de ropa, parece que no nos cuesta tanto empezar a pensar en ellos como objetos que se pueden lavar y volver a reutilizar hasta que se quedan pequeños o hasta que hay que descartarlos por desgaste. Como las prendas de ropa, los pañales de tela pueden ser heredados por hermanos pequeños o prestados a primos o vecinos.
Y es que a nadie se le ocurre hoy en día usar bragas desechables todos los días solo por la "comodidad" de no lavarlas... o calzoncillos desechables. Pero no dudamos en poner a nuestros hijos prendas de plástico llenas de sustancias químicas que gastan ingentes cantidades de recursos naturales y de agua y que se acumulan durante años y años en los vertederos. Por no hablar de otros efectos "colaterales" como el aumento en la temperatura media a la que se encuentran los genitales del bebé en comparación con el uso de prendas de ropa.
Causas y otros orígenesY ¿a qué viene todo esto? Pues viene a que si buceamos en las causas de las cosas, en los por qués, descubrimos las verdaderas razones por las que suceden y no las que nos quieren contar o imponer. ¿Por qué nacieron los desechables? Por una situación de escasez de materias primas para tejidos y por una coyuntura en la que la mujer tenía que estar más disponible para trabajar fuera del hogar que dentro de él.
Entonces, no dejemos que nos cieguen los conceptos de comodidad, culitos secos, avances tecnológicos, liberación de la mujer y veamos lo que hay detrás, una ingente industria que lleva varias décadas con consumidores garantizados y que no realiza ningún esfuerzo por cambiar o adaptarse a los tiempos modernos... (¿Alguien ha visto alguna publicidad de alguna marca de pañales que hable de consumo más responsable de materias primas o de la energía?).
Sabiendo esto también resulta más fácil revelarse contra el pensamiento único de los pañales desechables y darles una oportunidad a los pañales de tela.
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