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Revancha de Willy Uribe

Publicado el 26 marzo 2010 por Aramys

Cotidiano: (del latín quotidiānus, de quotidĭe, diariamente) puede referirse a:Un suceso de la vida cotidiana, habitual, diario,  propio de todos los días.

Que se pueda leer una novela negra y colocarle el adjetivo cotidiano delante, da unos escalofríos increíbles, creedme. A la ultima novela publicada de Willy (hasta el momento, ya que en abril Tusquets publica Cuadrante Las Planas) lo de cotidiano le va al pelo. Revancha, con la solvente firma de Uribe, es tan cruel como lo fue su Se que mi padre decía, pero de un modo menos oscuro y mas cercano, mucho mas cercano.

La novela parte de uno de los argumentos más originales que he visto en los últimos tiempos:

Un grupo de propietarios de chalets decide jugar un partido de fútbol a modo de revancha contra los empleados de la urbanización, unos latinoamericanos que les habían derrotado fácilmente. Pero en torno a este inocente pasatiempo se van acumulando elementos que harán crecer una tensión inusitada.

Uno puede pensar al leer eso, que la novela no puede ir mas allá, y no podría estar mas equivocado. Uribe teje en torno a cuatro amigos, Miguel, Juan, Ricardo y Anselmo y un partido de futbol contra los trabajadores de la urbanización de lujo donde viven, una trama de deslealtades, deshonras, engaños y secretos que ninguno de los propietarios de los chalets de lujo podría llegar a imaginar, un perfecto microcosmos como es una urbanización cercada y vigilada, exclusiva y privada que Uribe se encarga, a base  de buena trama, de hacer saltar por los aires.

Los trabajadores que sirven a los engreídos dueños de los chales son de origen latino, indios y que nadie se me ofenda por favor, no lo digo yo, lo dicen ellos, concretamente Don Demetrio, suegro de Ricardo, y dueño de Las Encinas, la urbanización donde viven todos ellos. Uribe sabe hacer aflorar sentimientos en esta novela, sabe denunciar de manera sutil lo que muchos llaman la otra España, una España cargada de resentimiento y odio hacia lo que no es español. Dejando a parte al franquista Don Demetrio, uno no puede dejar de ver en ese partido, indios contra españoles, una clara alusión a una realidad demasiado silenciada en los círculos donde el dinero es la base de la reputación, del respeto, del poder. La novela refleja muy bien las clases sociales y sus lugares respectivos en una urbanización de esta índole.

Pero el partido, las clases sociales, los indios, Don Demetrio y la urbanización, son solo una pequeña parte de todo lo que compone Revancha. En esta novela Uribe muestra una vez mas la condición humana mas extrema, si en su anterior novela Se que mi padre…nos mostraba la desesperanza, la supervivencia y la muerte de saldo, en Revancha nos enseña una condición humana sin asfixias, sin presiones, nos enseña que el valor de la vida sigue siendo ínfimo, casi nulo, pero que por el contrario produce grandes beneficios, grandes placeres. Esto no trata de supervivencia y desesperanza, si no que trata de negocio y placer, la muerte como parte de un trato, de un negocio. Y no hay peor asesino que el que asesina por placer. O por dinero.

Me ha gustado el trato que Uribe le da a la novela, muy coloquial, sin grandes  florituras, concisa y directa (no diré fresca, por que es horroroso, una lechuga esta fresca una novela no, por dios.) Los diálogos, las situaciones, descripciones, todo al perfecto nivel para no patinar por ningún lado, todo regido y gobernado con mano maestra por Uribe. Ciento ochenta y nueve paginas que se absorben de buena gana, y sin respiro.

En la negrura a la que nos tiene acostumbrados Willy Uribe; esa negrura lejos de tópicos y conocidos argumentos, lejos de detectives y antihéroes, encontraremos Revancha; uno de los mejores motivos que se me ocurren hoy en día para sentarse a perder unas cuantas horas.



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