- Puede creerme, Doctor Krapp, mi vida es como una ría contaminada en la que mis blancas alas chapotean sobre el fango. Estoy perdiendo la esperanza de que algún día se depure. No sé si usted puede sacarme de esta ciénaga inmunda.
- ¿Ha intentado hablar con su familia?
- ¿Con mi familia adoptiva? Lo he intentado pero me rechazan. En Navidad, cuando cerraron la Escuela de Formación Profesional de Cisnes llamé a Mama Pato para pasar unos días con ellos y me dijo que mis hermanastros no lo permitirían. Si antes mi delito era ser un friki patoso y feo ahora les reconcomería la envidia viéndome hecho un pimpollo desmesurado y resultón. Luego me dijo que Papa Pato todavía le reprochaba que fuera tan cegata como para incubar un huevo de cisne.
- ¿Tan distintos son?
- Mire esta foto:
- El de la izquierda es de cisne, el de la derecha de pato.
- No se parecen en nada. ¿Cree que Mama Pato tenía intenciones ocultas al incubar un huevo como el suyo?
- No lo sé, quizás estaba abierta a nuevas experiencias con otros anseriformes, la vida de pato puede ser tremendamente pantanosa. Sin embargo, Mama Pato no recuerda nada, pero tampoco se queda corta de vuelo, acusa a Papa Pato de ser un patán despatarrado que disfruta coqueteando con pretenciosas pavas.
- ¿Con pavas nada menos?
- Sí, le acusa de andar detrás de la primera faisánida que se le pone a tiro. Como se pasan todo el día desplegando sus plumitas de colores, en plan pasarela de moda, dejan patidifusos a muchos machos patéticos.
- Pero es que los pavos de los que está hablando son también machos, las hembras son más discretas.
- ¿Lo ve? Papa Pato es un metepatas.
- ¿Y no cabe la posibilidad de que a él le gusten sabiendo lo que son?
- Doctor Krapp, déjelo, vengo a que me ayude a resolver mis propias patologías mentales, no a conocer las tendencias sexuales de mi aborrecible padrastro.
- ¿Cómo se siente en la escuela?
- En la escuela me desprecian por mi educación patuna. Los cisnes son arrogantes y creídos. Nunca seré como ellos.
- Nunca será como ellos porque biológicamente usted nació pato. Desde pequeño se veía como cisne porque no le gustaba ser uno más de la bandada de patos y su familia le rechazaba por sentirse diferente, no por feo.
- ¿Qué soy entonces, Doctor Krapp?
- Muchas cosas en un solo cuerpo. No es importante. La identidad única es un engaño.
- Doctor Krapp, no puedo procesar en mi mente esa sentencia tan lapidaria.
- La identidad solo es una forma arbitraria de definirnos. Somos plurales y multiformes, pero es más cómodo subrayar un rasgo, ponerle un nombre y pensar que somos parte de un grupo definido por ese rasgo.
- ¿Y ahora que hago?
- Viva consigo mismo sabiendo el valor efímero y voluble de las etiquetas. Al hacerlo, limpiará su charca interior, pero por si acaso alejase también de la contaminación de las exteriores, que dan mucho asco.