Llegado el ecuador de la competición, es hora de hacer balance de los equipos que han obtenido mejor y peor rendimiento. 19 partidos deberían ser suficientes para una primera evaluación. A estas alturas de temporada, sin embargo, no hay nada definitivo, los objetivos todavía están en el aire, las percepciones pueden cambiar.
Revelaciones
Eibar: El conjunto armero, un recién ascendido, ha destacado sobremanera incrustándose en mitad de tabla, mirando más hacia Europa que hacia Liga Adelante. En un equipo sin grandes nombres, sin sueldos importantes, construído a base de acierto en el ojeo y trabajo, un ejemplo de cómo debería ser el fútbol modesto. Su entrenador, Garitano, debería, desde ya mismo, optar al premio de entrenador del año, sus planteamientos tácticos han estado a la altura incluso en sus enfrentamientos contra los grandes. Son conscientes de su humildad y están preparados para una mala racha, que puede llegar, pero, de momento, la actuación es superlativa.
Villarreal: Marcelino tiene una amplia trayectoria en los banquillos españoles, culminada con una tibia etapa en Sevilla. Tras ella, tocaba regenerarse. Su camino se cruzó con el de los castellonenses que venían de un traúmatico descenso a Liga Adelante. A partir de allí, todo buenas noticias, el año anterior se consiguió, holgadamente, la permanencia en la máxima categoría del fútbol español, con la guinda de la clasificación europea y este año se está inmerso en la lucha por repetir en competición continental, mirando de reojo incluso la Champions League.
Decepciones
Athletic de Bilbao: La temporada pasada fue brillante, con clasificación para Champions League incluída sentó un precedente que no se ha podido mantener. La salida de jugadores importantes las últimas temporadas, cómo Javi Martínez, Llorente y, más recientemente Ander Herrera, ha debilitado a los vascos que, con su peculiar filosofía, no han podido acudir al mercado para reforzarse. La cantera sigue produciendo frutos, pero no se pueden forzar las hornadas de jugadores. La baja por lesión de Aduritz no se ha sabido suplir, pese a que se tenía confianza en que Viguera pudiera, al menos, mantener una cadencia goleadora regular.
Granada: Teóricamente uno de los proyectos más serios de la zona baja de la BBVA, concebido para no sufrir para permanecer en la máxima categoría. Un entrenador solvente, muy experto, capaz de sacar el mejor rendimiento a plantillas justas como la del Depor o la del Levante, muchos elementos para invitar al optimismo. Y, sin embargo, el cóctel no ha funcionado. La directiva ha decidido cambiar de entrenador y busca en Abel a su particular revulsivo. Parten, tras la mitad de partidos disputados, desde el último lugar, habrá que ver si son capaces de remontar el rumbo.