Los hallazgos de Luis Alarcón-Martínez y Yukihiro Shiga, ambos de la Université de Montréal revelan que los nanotubos que conectan los pericitos se dañan en el glaucoma y provocan déficits neurovasculares.
Los pericitos son células que tienen la capacidad de controlar la cantidad de sangre que pasa a través de un solo capilar simplemente apretándolo y liberándolo. Están envueltos alrededor de los capilares, los vasos sanguíneos más delgados en todos los órganos del cuerpo. En los animales vivos, como en los humanos, la retina utiliza el oxígeno y los nutrientes contenidos en la sangre para funcionar correctamente. Este intercambio vital tiene lugar a través de los capilares.
La entrada de calcio en los pericitos regula su capacidad para contraer los capilares y controlar el flujo sanguíneo. En el glaucoma, la entrada de calcio en los pericitos es excesiva, lo que provoca una disminución del riego sanguíneo .
Si se restablece el equilibrio del calcio dentro de los pericitos, las funciones vasculares y neuronales se pueden recuperar en el glaucoma evitando la muerte de las células ganglionares de la retina, por lo que es una prueba de concepto preclínica importante.
El estudio allana el camino para el desarrollo de enfoques terapéuticos que se dirijan selectivamente a los pericitos y al equilibrio del calcio para restaurar la salud neurovascular en el glaucoma y potencialmente otros trastornos neurodegenerativos con componentes vasculares como la enfermedad de Alzheimer.
El estudio fue publicado en la revista cientifica PNAS.