Hacía tiempo que quería catar una novela de Neil Gaiman. Era de esos autores que siempre tenía en mente pero que, por unas cosas o por otras, siempre acababa relegando en favor de cualquier otra novela. Hasta que llegó la última feria del libro de Madrid y me topé con American Gods. Formato de bolsillo. 10€. No podía dejarlo pasar. Lo compré y lo reservé para las vacaciones de verano.
American Gods es la chaladura más extravagante que he leido, creo, en toda mi vida. La historia nos presenta a Sombra, un presidiario que, a falta de dos días para cumplir su condena y salir de prisión, descubre que su mujer ha fallecido en un accidente de coche.
Desde aquí maldigo a los responsables del casting de la serie televisiva, pues en el libro, Sombra es un hombre blanco, pero en la serie han escogido a un actor negro, con todos los cortocircuitos que eso provocó en mi cerebro mientras leía.
Tras su liberación, totalmente solo y sin un rumbo que seguir, Sombra se topa con Wednesday, un viejo granuja que le contrata de guardaespaldas mientras recorren Estados Unidos reclutando soldados para una futura guerra que enfrentará a los viejos dioses con los dioses modernos. Los dioses viejos representan las costumbres y los antiguos valores, mientras que los nuevos toman su poder de las nuevas tecnologías, el consumismo y la globalización (uno de los fuertes de la novela es la maestría con la que Gaiman personifica a Internet, la Comunicación, la Semana Santa, etc.)
Sí, sí, lo sé, todo parece una locura…
El libro, a grandes rasgos, es un larguísimo viaje por Estados Unidos. Gaiman describe los escenarios, meteorología, personajes, olores y sabores con tal maestría que, mientras lo estás leyendo, te alberga una constante sensación de encontrarte allí, con Sombra, Wednesday y los demás personajes, degustando una deliciosa empanadilla o sintiendo el frío más estremo en los aledaños de un lago helado en invierno. Personalmente, me encantó conocer el pintoresco pueblo de Lakeside, lugar donde la trama reposa antes del clímax final, y donde uno se siente tan agusto como en casa.
American Gods es una novela para saborear tranquilamente y con la mente abierta. Como el propio autor confesó, es tanto una novela mitológica, como de fantasía, como de terror, como de suspense, como de humor. Es todo en uno. Lo mismo en un capítulo estás comiendo albóndigas con una ama de casa, que recorriendo el pueblo con el policía del condado, que jugando a las damas con el dios de la guerra, que siendo devorado por la vagina de la diosa del amor. Es un libro muy complejo que no tiene sentido analizar mucho (ni quiero, ni podría hacerlo). Simplemente recomendarlo, pues al terminar, te deja con un sabor de boca que solo los buenos libros pueedn ofrecer.
Próximamente, la reseña de ‘Escrito en el agua’, de Paula Hawkins.