Antes de que comiences a leer este artículo, me veo en la obligación de comunicarte que contiene spóilers del capítulo dos de la cuarta temporada de Juego de Tronos, por lo que si no quieres conocer lo que ocurre en dicho capítulo, no continúes leyendo el artículo, gracias. Dicho esto, arrancamos con la review.
Este capítulo por fin ha pasado lo que tenía que pasar, lo que muchos seguidores de la serie y defensores de los valores de la familia stark, llevábamos pidiendo desde la tercera temporada. La frase refranera de "a todo cerco le llega su san Martín" por fin se le ha podido aplicar al más ruin de la familia Lannister. Seguidores de Juego de Tronos, el rey Joffrey ha muerto. Y es que las bodas más que motivo de festejo en Juego de Tronos son sinónimo de que para algún personaje principal va a ser el fin de sus días.
Tras humillar a Tyrion Lannister, con un espectáculo de enanos en el que el rey se vanagloriaba y en un festejo en el que despreciaba a todo aquél que no fuera él, Tyrion le ofrece una copa al rey, tras pedírsela él mismo al nombrarle "copero del rey". Joffrey tenía que pasar el sabor de una tarta seca, a pesar de la sangre de paloma que había en la misma, tras destrozarla con su regalo de bodas, una espada de acero Valyrio. Ese trago fue sin duda mortal, y dejó a Joffrey con esta cara: Tras esto, apresan a Tyrion, que aparentemente, a pesar de ser él quien sirve la copa, no tiene nada que ver con el envenenamiento. Sansa es persuadida para escapar del evento a tiempo. ¿Estará la venganza de los Stark tras este suceso?
Publicado por Carlos Benjamín