by El Rincón de Ika · Published octubre 6, 2016 · Updated septiembre 25, 2016
A primera vista tiene un color blaco azulado y su textura es como una crema hidratante ligera, con olor agradable. Pasados el tiempo de reposo que debes dejar cuando la aplicas, no se queda seca sobre la piel, sino que es un tipo de mascarilla que poco a poco es absorbida por el rostro.
En este sentido, se aplica sobre la piel del rostro limpia, evitando el contorno de ojos y se deja actuar durante unos 10 minutos. Al aplicarla puedes sentir un ligero frescor en la piel, puedes llegar a notar un picor muy muy leve si tienes la piel sensible, ya que es apto para todo tipo de piel, pero cada una tiene sus particularidades.
Después de ese tiempo, se retira la cantidad sobrante con un disco de algodón. Particularmente, prefiero aplicarla de noche para que los activos sigan trabajando mientras duermo sin tantas agresiones como las que la piel sufre durante el día y porque sino la piel queda bien hidratada, pero con restos sino te lavas con agua, cosa que no debes hacer para permitir que la mascarilla siga haciendo su trabajo.
La mascarilla cumple las tres fases imprescindibles para oxigenar la piel y se puede notar según la utilizas: elimina los residuos para dejar a la piel respirar, ayuda a la irrigación sanguínea y aporta hidratación evitando la evaporación de la humedad.
Como punto negativo, una pareciación personal, quizás la parte que me resulta más incómoda a la hora de aplicarla porque me sudan mucho los poros con ella mientras la aplico, especialmente cuando hace mucho calor. Por lo que aunque he notado la piel más lisa y vital, no puedo decir que se haya convertido en una de mis favoritas.
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