Revillagigedo

Las dos primeras instantáneas que ilustran la entrada de hoy, fueron disparadas por un amigo de Alejandro Pumarino, allá por el verano de 2.004, hace ya más de diez años, y el Palacio de Revillagigedo seguía ahí, en el mismo sitio que lo fotografió Hubbert Vaffler en una fecha indeterminada, pero en todo caso, anterior a 1.891, cuando se entregó la imagen en la sociedad de Geografía parisina. Desde entonces han pasado, entre pitos y flautas, más de ciento treinta años, extremo que prácticamente ningún ser humano, puede aspirar a vivir sobre la faz de la tierra, y nuestro emblemático edificio sigue ahí, como tantos otros, relativamente inmune al discurrir del tiempo, mientras sucesivas generaciones de gijoneses y foráneos se detienen para admirarlo.

Alejandro Pumarino desea fervientemente poder seguir compartiendo con propios y extraños la experiencia de ver el Palacio de Revillagigedo unos cuantos años más en este Gijón del alta, que tanto quiero.