Revista Cultura y Ocio
Con el paso de los años, he ido dándole más y más importancia a los propósitos de año nuevo. Creo en los cambios, en la evolución. Pienso en cómo era yo hace diez años y no podría estar más contenta de todo lo que he logrado. Ojalá pueda decir lo mismo cuando hayan pasado diez más.
Por ello, dedico mucho tiempo a establecerme retos año tras año: algunos mayores, otros más «sencillos», pero creo que todos pueden aportarme algo.
Mientras pienso en los que serán mis retos para este año, me gustaría echar un vistazo atrás y ver cómo lo hice el pasado 2017:
☼ Ser un poco más Gryffindor y salir de mi zona de confort
Este es mi propósito vital, el que renuevo cada año. Las cosas nuevas y los retos generalmente me dan pavor y, además, suelen ser una fuente de ansiedad. Pero no quiero que eso me paralice, pues he comprobado que las veces que he salido de mi zona de confort ha merecido mucho la pena. Evidentemente no es algo que vaya a conseguir por completo nunca: no es mi naturaleza ser «valiente». Sin embargo, si me fuerzo a salir un poco de la zona de confort día a día, quizá poco a poco yo también vaya cambiando. No es un cambio que pueda percibir de un día para otro, pero si miro años atrás veo una evolución notable. Y eso me basta. (Me disculparéis el momento Mr. Wonderful.)
☼ Dejar de morderme las uñas y los padrastros
Llevo arrastrando este mal hábito desde hace muchísimos años. Incluso llegué a un punto en el que me inquietaba profundamente que la gente viera mis manos (no os imaginéis nada extremo, sencillamente a mí me avergonzaba muchísimo que me vieran las uñas mordidas). Este año he percibido un avance, pero cuando estoy nerviosa sigo cayendo. A ver si este 2018 logro dejar por fin esta manía.
☼ Volver al Cajoncito
Es evidente que este propósito fue un absoluto fracaso.
☼ Volver a hacer ejercicio de manera regular
Propósito muy poco original, lo sé, pero realmente era algo que me hacía falta. Llevaba años en los que iba al gimnasio de manera muy intermitente: iba unas pocas semanas y luego me cansaba. Echaba de menos moverme, sentirme bien conmigo misma, y me alegra poder decir que en esta ocasión sí que lo he logrado. Quizá no he hecho ejercicio muchos días a la semana, pero es un comienzo, y personalmente me siento muy satisfecha.
☼ Seguir formándome
Hace ya algunos años que dejé de estudiar y, aunque nunca he dejado de formarme (la experiencia del día a día en el trabajo me está enseñando mucho), sí que me gustaría volver a estudiar. Soy consciente de que aún tengo mucho por aprender. En el segundo semestre de 2017 me apunté a un par de cursos, uno de los cuales justo empiezo esta semana.
☼ Introducir más color en el armario
Esto puede parecer una tontería, pero estaba harta de tener tanto blanco y negro. Inconscientemente, sigo sintiéndome atraída por las prendas de ropa con estas tonalidades (que, además, son las que más abundan en las tiendas), pero ha sido muy divertido salir de mi zona de confort y atreverme con más colores. ¡Incluso con el amarillo!
Me gusta mucho todo lo relacionado con el estilo y la ropita, así que confieso que este reto ha sido un gustazo. Ha sido un propósito muy gratificante.
En conjunto, estoy muy contenta por cómo fue 2017. Quizá no logré todo lo que me propuse, pero sí que he visto progresos. Ahora toca pensar qué retos me pongo para este 2018. Pronto os los cuento.
¿Y vosotros? ¿Qué opináis de los propósitos de año nuevo?