Si vamos a la página web de la marca, observaremos sus ingredientes así como los datos de su composición nutricional por cada 100 ml de gazpacho.
Los ingredientes son: Tomate, pimiento, pepino, cebolla, aceite de oliva virgen extra (2,6%), vinagre de vino, sal, ajo, zumo de limón. Estos ingredientes van ordenados de mayor a menor contenido en el producto siendo el mayoritario, como era de esperar, el tomate. Bien porque utilicen aceite de oliva virgen extra, esto es un punto a favor y supone, con creces, el ingrediente más caro de su composición.
De manera general, el gazpacho es un plato altamente recomendable en nuestra dieta; nos aporta vitaminas (principalmente C, A y E) así como minerales (potasio y magnesio), es una rica fuente de fibra y su contenido energético es bajo (este dependerá en gran medida de la cantidad de aceite que añadamos a su preparación) Ahora bien, cuando se consume un plato preparado algunas cosas cambian en su composición nutricional con respecto al consumo de un alimento fresco. Fijémonos en su etiquetado:
100 ml 250ml
Valor energético (kcal) 46 kcal 115 kcal
Grasas (g) 2,8 g 7 kcal
Grasas saturadas (g) 0,4 g 1 g
Hidratos de carbono (g) 3,9 g 9,75 g
Azúcares (g) 3,1 g 7,75 g
Fibra (g) 1,2 g 3 g
Sal (g) 0,61 g 1,525 g
En un vaso de este gazpacho estamos consumiendo nada más y nada menos que 1,525g de sal lo que supone más de un 30% de la ingesta máxima de sal recomendada por la OMS diariamente para un adulto sedentario sano. Hay que tener en cuenta que diferentes Instituciones Sanitarias a nivel mundial, europeo y nacional (Organización Mundial de la Salud, Comisión Europea, Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición) conscientes del alto contenido de sal en la dieta, han sugerido la siguiente ingesta de sal por edades:
- 5g./día para adultos.
- 3g./día en niños menores de 7 años.
- 4g./día en niños con edades entre 7 y 10 año.
Aunque la denominación de plato preparado parece que siempre la asociamos a croquetillas, lasañas y pizzas este producto también es un plato preparado y formaría parte de la V gama de alimentos (bien alejada de la I gama formada por alimentos frescos y productos conservados mediante deshidratación, desalación y fermentación) ¿Es en sí el hecho de que sea un plato preparado lo que le aporta una concepción negativa? Desde luego que no; gracias al procesado que hay detrás de estas verduras estamos consumiendo un producto apto desde el punto de vista higiénico-sanitario.
Detrás de cada gazpacho hay toda una cadena de producción que incluye operaciones como: lavado y desinfección de los vegetales, pelado, trituración en crudo, tamizado, adicción de sal, vinagre (gracias al cual se consigue un pH de 3,8-4 evitando la oxidación y las reacciones microbiológicas que deteriorarían el producto) y aceite, homogeneización (para conseguir esta mezcla de textura característica) y pasteurización (esta aplicación de calor junto con el vinagre añadido y la conservación en refrigeración permiten prolongar la vida útil del producto)
Ahora bien, teniendo en cuenta los datos sobre nuestro alto consumo de sal (los españoles consumimos unos 10g diarios cuando lo recomendable es no superar los 5g) y que el 70% de esta sal procede de nuestro abuso de los alimentos procesados y de las salidas fuera de casa una buena medida sería recortar la compra de estos productos y aumentar el consumo de alimentos frescos.
En este enlace podéis juzgar por vosotros mismos cuánta sal consumís diariamente y haceros una idea de lo fácil que es superar las recomendaciones.
Conclusión...
Aunque Alvalle remarque que su producto supone un aporte de 1,5 raciones de las 5 que hay que consumir al día de frutas y verduras, no deja de aportar también un elevado contenido de sal a la dieta. Si recurrimos a productos frescos no sólo obtendríamos esas 1,5 raciones sino que además, el consumo total de sal sería muchísimo menor ( el contenido de sal en alimentos frescos como las verduras y hortalizas es ínfimo) Por esta razón, su preparación casera nos va a aportar muchos más beneficios y, al ser un plato de fácil y rápida preparación, no nos supone mucho tiempo y nos merece la pena dedicarle unos minutos a su confección.