Hace unas semanas, mis lectores lo recordarán, inauguramos una especie de sección nueva en la que bajo el título “Revisitando…” (http://patxipe.blogspot.com.es/2016/10/revisitando-enamorarse.html) iríamos recordando películas que vistas hace mucho tiempo, probablemente en su estreno, al volverlas a “saborear” ahora, compararíamos si aquello que nos gustó en su momento, o no, permanece, ha mejorado, o inevitablemente ya tiene un regusto muy kitsch (cursi), o démodé (anticuado). ¿Por qué esa necesidad de que utilicemos palabras extranjeras al hablar de sentimientos?...
Hoy hemos elegido una película americana de 1989, que parece que se hiciera para ser vista en un día como el de hoy, (lluvioso en la calle, y en el interior de este vecino del mundo, con más goteras de tristeza que ánimos para contar chistes).
Cuando se hacen listas sobre las películas más erotico-sexuales/festivas, nunca se incluye a “Cuando Harr...”, pero la famosa escena del “orgasmo fingido” quedará siempre para nuestros adentros, al menos desde el punto de vista de un hombre, de lo que uno desearía hacer sentir a su pareja; y que ya después le saquen a hombros de la alcoba, como un verdadero maestro del sexo…
Dirigida por Rob Reiner, y con Billy Crystal y Meg Ryan como cabeza de cartel, bien mirado, pudiera haber sido una obra teatral, en la que prácticamente solo hubiera hecho falta para que funcionara en el escenario, la aparición de ese par de amigos, bien encarnados para la pantalla, por una Carry Fisher y un tristemente desaparecido, pero inolvidable, Bruno Kirby; todos plenamente atinados en sus personajes.
Como curiosidad, la productora asociada y gran guionista, la ya mencionada, Nora Ephron, con el tiempo se animó y pasó a dirigir sus propios guiones, con gran éxito también. En una de esas películas, "Algo para recordar", con Tom Hanks y, otra vez, con Meg Ryan, aparece en el papel de íntimo amigo de Hanks, Rob Reiner, el director de la película hoy revisitada.
¿Definiendo a Harry y a Sally? En un trazo gordo, ella es y será totalmente cuadriculada, y él, precisamente, lo opuesto. Mi madre hubiera definido a Harry con una expresión totalmente anticuada e incomprensible, quizás, para los jóvenes de ahora, pero muy clarificadora, para la gente de mi generación (finales de los cincuenta): Harry es “un víva la virgen”.
La obra, el guión, adopta una posición muy inteligente: paralelamente el hombre y la mujer van opinando sobre las mismas cosas, con resultados tremendamente diferentes, mientras en realidad a ninguno de los dos se les puede tomar en serio. Película de grandes diálogos, tan brillantes como joyas de un orfebre:-Los matrimonios no se rompen por culpa de la infidelidad. Eso solo es un síntoma de que algo va mal.-¡Ah! ¿Sí? Pues ese síntoma se está follando a mi mujer…
Y, también, poseedora de frases rotundas: "Quiero que seas la última persona con la que hable antes de dormirme por la noche".
Una película con una fotografía preciosista a cargo de Barry Sonnenfeld (ahora director, por ejemplo, de las tres entregas de "Hombres de negro"), que desde su estreno, habrá originado, sin duda, que muchos de sus espectadores tomaran la decisión de conocer Nueva York. Las imágenes del otoño neoyorquino en la película, son el mejor de los anuncios que pudiera hacerse.Ya para terminar, si "Cuando Harry encontró a Sally" cotizara en bolsa, seria un valor seguro. Uno de esos días en que no puedas caminar, por miedo a pisarte la moral, revisitala, comprobarás que merece la pena vivir, especialmente "leyendo" la vida desde el humor, muy importante siempre.
*FOTO: DE LA RED