


Ilustración: Xavi Riba.
Este año, más que nunca, han sido unas páginas colaborativas. Los alumnos las han hecho suyas aportando, uno a uno, su granito de arena tras las actividades ocurridas en el centro, los sentimientos generados en sus pasillos, las ilusiones en los mismos metros cuadrados. Ha sido una búsqueda constante de momentos. Ellos, tras las persecuciones pertinentes, han hecho reales las casi doscientas páginas impresas.Cuando recupero la revista de mis años de instituto, descolorida, amarillenta ya, en forma de periódico o de suplemento; me doy cuenta del paso del tiempo. Eso me hace pensar que estos chicos, en unos años, regresarán a Màrius y pasarán sus hojas. Revivirán esas visitas de poetas, esos festivales literarios, las actividades en el patio… Textos que ellos mismos escribieron en su adolescencia, ilustraciones que tal vez, con el paso de los años, mejoren o varíen y les hagan sonreír recuperando las de sus 16. Entonces una se dice que por eso existe esta revista, que por eso debe luchar e invertir miles de horas, perseguir a tanta gente, hacerse pesada. Compartir nervios, revisar, revisar y revisar, intentar que tengan su columna. Porque querrán volver a esa etapa, como queremos nosotros, y tener en sus manos esos años mágicos de pasillos en azul y en amarillo. Porque las fotos guardadas en el móvil no les serán suficientes para desempolvar lo que allí vivieron. Necesitarán la voz escrita, la suya y las de sus compañeros, y esa voz queda aquí contenida. Por todo ello el esfuerzo, porque merecen que ese regreso quede en el papel. Tal vez, ahora no se den cuenta de dicha necesidad, pero pasados veinte años volverán. Va por vosotros, por vuestra vuelta. Por el diálogo que ahora creáis y que en el futuro desearéis recuperar. Gracias.


