Una de las características que convierten los recientes movimientos sociales en tan complejos de comprender y abarcar es que se analizan como los movimientos del siglo XX, en los que una estructura jerárquica y fuerte era indispensable para comunicar una convocatoria, porque se hacía de forma centralizada. La diferencia está no solo en las herramientas de comunicación sino en la transformación que han producido en nosotros, como usuarios y en la forma en que nos acercamos a la comunicación.
La credibilidad de la fuente, el espíritu crítico de cada ciudadano y el intercambio P2P, construyen una tupida red semi-distribuída, de relaciones con una estructura mucho más firme y sólida que la que se produce en una organización jerárquica apoyada en medios de comunicación masivos. Es la propia de una pluriarquía, en la que cada nodo, cada ciudadano, decide sobre sí mismo.
Muchos medios de comunicación convencionales, están despistados, pues tratan de posicionarse a favor/en contra del #15m. Cuando se miden afinidades o la simpatía que produce “el movimiento” se pasan por alto la gran cantidad de matices y la complejidad de pensamiento que aparece en una red de este tipo. En este momento, que el #15m ha hecho plaza pública en las redes sociales y empieza a colonizar la blogosfera, la capacidad de construir pensamiento y diálogo es imparable. Y va mucho más allá de la capacidad de convocatoria.

Hace unos meses, publicábamos este emocionante vídeo en nuestro tumblr, y posteriormente, el Washington Post publicaba un artículo hablando del efecto dominó que ésta revolución había producido cuando el mundo árabe tomó consciencia de que “era posible” cambiar las cosas sin esperar a que una organización alentara a la movilización.
Hoy a través de Juan Freire conocemos este otro estudio, más consciente que el anterior, cartografiando los tags utilizados para hablar de la #spanishrevolution y el #15m a lo largo del último mes:
