Terminamos el año hablando de wikileaks, y empezamos 2011 con el mismo fenómeno. Este vez nos referimos a la capacidad de la red para destapar tramas ocultas y organizar colectivos sociales, como ha ocurrido en Túnez.
La web de Assange hizo públicos unos cables en los que el Departamento de Estado de EE UU consideraba que era un país enfermo por la falta de libertades y la corrupción. Los diplomáticos describen a la familia del presidente como una "cuasi mafia" que actúa y se enriquece con impunidad.
A pesar de lo triste que resulta la muerte, a lo mucho que ha pasado, se ha escrito, o se ha hablado hay que añadirle que probablemente se trate de la primera revolución gestada y detonada en la red. Por ello los gobiernos siguen teniendo miedo del conocimiento libre: todos somos sospechosos para los poderosos. alfonsovazquez.comciberantropólogo