Los ciclos históricos en el mundo musulmán duran décadas, incluso siglos. Y siempre, tras un período de disipación, retornan al salafismo o pureza religiosa inicial, por lo que es posible que las actuales revueltas en los países árabes anuncien el retorno a los orígenes, como ocurrió en Irán en 1979, y que no avancen hacia la democracia.
Tras la revolución egipcia, y en el reciente Día Internacional de la Mujer, unos cientos de ellas se manifestaron reclamando igualdad, y un número muy superior de barbudos las increpó llamándoles prostitutas.
Durante varios días detuvieron al menos a una veintena de ellas. Miembros del ejército, siguiendo órdenes de un imán de los Hermanos Musulmanes, les hicieran pruebas de virginidad, porque de no ser vírgenes o no estar casadas, eran prostitutas. Maltratadas primero, algunas fueron violadas, después.
Las fuerzas laicistas que comenzaron esa supuesta revolución están en retirada. Y los Hermanos Musulmanes, que dicen que no desean crear una república islámica, están adquiriendo cada vez más poder.
En el ejército, los infiltrados bajo la “taqiyya” o disimulo de su fanatismo, están “saliendo del armario”.
Quizás haya algo de verdad en la advertencia de Gadafi de que entre sus insurgentes hay miembros de Al-Qaeda, y posiblemente parte de lo que ocurre en Siria, Jordania o demás países con revueltas, no están dirigido por opositores políticos, sino religiosos, a esos sistemas ligeramente impíos.
En Al-Ándalus ocurría algo parecido cíclicamente: aquella tierra de promisión para tantos árabes, tan distinta a los desiertos originarios, invitaba a una vida poco virtuosa.
Por eso, en los siglos XI y XII llegaron las sangrientas invasiones purificadoras, de los almorávides, primero, y de los almohades, después.
Siempre hubo una vuelta a los principios, y es muy posible que ahora mismo esté ocurriendo lo mismo sin que queramos darnos cuenta.
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SALAS recuerda la Nave de los Locos de El Bosco y lo compara con la España de los Taifas de los ríos de este país cultivado por ZP. Curiosamente, almorávides y almohades no trajeros sólo el fanatismo religioso, sino también un sentido unificador.
Que nos dará como resultado una sociedad revolucionaria y libre. Todo el día, mes, año y vida, mañana,tarde y noche, con damas penitentes. Que no, que no, que no son de ETA, sino nuestras madres, mujeres e hijas: