Reyal Urbis recibirá en unos días la comunicación oficial del juzgado de lo Mercantil de Madrid comunicándole el no de sus principales acreedores a aceptar el plan de pagos fundamental para que la empresa salvase la situación de insolvencia en la que está inmersa.
El 31 de mayo se terminó el plazo para que los acreedores de la empresa inmobiliaria diesen su opinión sobre esta propuesta, la cual incluía liberaciones de la deuda de entre el 88% y el 93% para los principales acreedores financieros. A uno de ellos, el Banco Santander, la inmobiliaria debe unos 500 millones de €. A la Sareb la inmobiliaria adeuda 1.066 millones y a Hacienda 435 millones. En el 1er trimestre de 2017 el grupo ingresó 8,9 millones de € y perdió 34 millones.
El administrador concursal de Reyal Urbis ya ha informado al juzgado que la empresa no cuenta con el apoyo del 75% de los acreedores, porcentaje mínimo necesario para aprobar el plan de pagos. En pocos días, el juzgado mandará esta información a la compañía y, tras esto, comenzará el plan de liquidación.
Reyal Urbis está formada por una cartera de activos que asciende a 1.170 millones de €, y una deuda de 4.660 millones. Por si fuese poco, poseen un agujero patrimonial de 3.449 millones.
Si profundizamos en los activos, 188 millones pertenecen a inmuebles que generan rentas y 863 millones a suelos. Cuentan con 200 viviendas terminadas.
Tras 4 años de concurso y 8 de negociaciones con sus acreedores, no se ha podido dar una solución a los más de 3.000 millones de deuda que la inmobiliaria soportaba desde 2006.
A lo largo de estos años de negociaciones, Reyal Urbis ha sufrido varios cambios de acreedores. La Sareb es su principal adeudado. Además, fondos como Värde y Aurelius Capital adquirieron créditos de la inmobiliaria a la banca extranjera.