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Reyes Españoles que abandonaron o dimitieron

Publicado el 19 junio 2024 por Rmartin

El 19 de junio de 2024, se conmemoran los diez años de reinado de Felipe VI, con este motivo quiero recordar los monarcas españoles que, por un motivo u otro han tenido que dejar el trono.

Reyes Españoles que abandonaron o dimitieron

El primero de ellos es Carlos I de España que ciñó la Corona desde el 14 de marzo de 1516 al 12 de abril de 1555, junto a su madre Juana I de Castilla, toda vez que fue recluida en Tordesillas en 1509 por su padre Fernando de Aragón; reclusión que fue mantenida por su hijo Carlos; y posteriormente, tras el fallecimiento de su madre hasta el 16 de enero de 1556, fecha en que abdicó en su hijo Felipe II, partiendo hacia el Monasterio de Yuste, a donde se retiró para descansar de sus viajes y de sus muchas enfermedades.

El segundo es Felipe V. El que fuera duque de Anjou, y llegara a sentarse en el trono de España, que había quedado vacante por el fallecimiento de Carlos II, tras una cruel guerra, en competencia con el archiduque de Austria. Felipe, tras mantenerse en el trono desde el 16 de noviembre de 1700 hasta el 15 de enero de 1724, cansado y con graves problemas mentales, abdicó en su hijo Luis I. Al que poco le duró su estancia en el trono, pues falleció, de viruela, el 31 de agosto de 1724. Regresó al trono Felipe, al morir Luis, y en eso estuvo, confundiendo el día con la noche y con grandes desajustes alimentarios hasta el 9 de julio de 1746, cuando falleció de un ataque cerebrovascular, siendo sustituido por su hijo Fernando VI.

Llegamos al tercero de los reyes que abandonaron el trono. Este lugar corresponde a Carlos IV, quien, en mi opinión, le importaba un pimiento el trono, ya que con la Corona en su real cabeza, pronto comenzó a delegar sus funciones en: el conde de Floridablanca, el conde de Aranda y Manuel Godoy; bastante tenía con arreglar sus relojes, soportar los rumores palaciegos sobre una posible relación de su esposa María Luisa de Parma y su válido Godoy, y aguantar las continuas excentricidades de su hijo Fernando. Mantuvo la Corona desde el 14 de diciembre de 1788 hasta el 19 de marzo de 1808, cuando llegado a Bayona por orden de Napoleón Bonaparte, llevándole, como regalo, su abdicación a la Corona de España.

También se traslada a Bayona, su hijo Fernando, quien, como heredero de dicha Corona, será el cuarto en dejar a un lado la Corona de España y sus derechos sucesorios. Esta vez se la cede a su hijo, el cual será el titular desde el 19 de marzo de 1808 hasta el 6 de mayo de ese mismo año, cuando, se la cede a Napoleón —convirtiéndose en el quinto rey que deja la Corona Española—, quién, sin llegar a coronarse se la trasladará a su hermano José Bonaparte, quién la mantendrá en su poder desde el 6 de junio de 1808 hasta el 11 de diciembre de 1813, cuando, viendo la guerra en España, totalmente perdida, parte hacia Francia con un “valioso equipaje”. Regresa la Corona por orden y gracia de Napoleón a la cabeza de Fernando el 4 de mayo de 1814 y la mantendrá hasta su muerte el 29 de septiembre de 1833. 

Al morir Fernando VII, pasa la Corona a su hija Isabel II, convirtiéndose contra su voluntad en la sexta cabeza coronada de la monarquía española, en abandonar la Corona, al salir “por pies” del país, ya que a causa de la Revolución de septiembre de 1868, cuando se encontraba en San Sebastián, tuvo que partir hacia Francia, donde fue recibida, con los brazos abiertos, por Napoleón III. La Corona estuvo en su poder desde el 29 de septiembre de 1833 al 30 de septiembre de 1868. Un periodo plagado de presidentes de gobierno, posibles amantes, pronunciamientos, espadones, etc.

Rápidamente, se pusieron en movimiento los poderes del país, para buscar, con carácter de urgencia un monarca que ocupara el lugar de la titular que había abandonado el trono. Tras buscar en todos los “mercados”, por fin el general Prim, propone a Amadeo de Saboya, siendo el Parlamento, en reñida votación, quien le acepta para el cargo. Cargo que ejercerá desde el 2 de enero de 1871 hasta el 11 de febrero de 1873, cuando, aburrido y cansado por el trato que le dan los españoles, se convertirá en el séptimo abandono del Trono de España.

Tras un periodo en que el país proclamará una breve Primera República, algo a lo que, en mi opinión, el país no estaba preparado tras siglos de monarquía, se produce el 29 de diciembre de 1874, en Sagunto, a manos, o a sables, del pronunciamiento del general Martínez Campos que proclamará a Alfonso XII, hijo de la exiliada Isabel. Alfonso muere joven el 25 de noviembre de 1885, quedando su esposa, la reina María Cristina de Austria, embarazada. Nace Alfonso XIII el 17 de mayo de 1886, para convertirse en el octavo titular de la Corona en abandonarla.

El reinado de Alfonso XIII da comienzo el mismo día de su nacimiento —único caso de la historia—, y terminará, cuando sale del país el 14 de abril de 1931, huyendo por la proclamación de la Segunda República. Vivirá en el exilio, de rentas, hasta el 28 de febrero de 1941, paseando y gastando por medio mundo.

Finalizaré este repaso a los reyes que abandonaron de una manera u otra el Trono de España, con el noveno. Este es el caso de Juan Carlos I, quien recibirá la Corona de manos del dictador Francisco Franco, argumentando que era una nueva dinastía. Porque lo decía él, ya que en realidad Juan Carlos era nieto de Alfonso XIII. Recibió la Corona el 22 de noviembre de 1975, cinco días después de morir el dictador, y la mantuvo hasta el 18 de junio de 2014, fecha en la que, a causa de los problemas judiciales surgidos dentro de su familia, y las sospechas de corrupción y malversación, abdicó en su hijo Felipe VI, quién sería proclamado rey un día después, el 19 de junio de 2014.

Es sorprendente que, de 18 reyes, hayan abdicado por diversos motivos 9, el cincuenta por ciento. Algo, para mí, muy curioso en un cargo hereditario, y decepcionante para un país que sigue aferrado a la monarquía. Algo en el que el pueblo español no es correspondido.

Ramón Martín


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