Hay un día fatídico para todo padre o madre: aquel en el que tu hijo menor te pregunta cara a cara por los reyes magos. Ese día parece la frontera final de la inocencia y la magia en un hogar. Ese día ha sido hoy para mi Eva.
Pensábamos que, finalizadas las fiestas navideñas, habíamos ganado un año más. Tanteos previos, durante y posteriores a la Navidad había habido: que si "en el cole dicen"...; que si "fíjate qué tontería he escuchado en el recreo"... Pero eran preguntas que, en su propia formulación, buscaban la continuidad de la magia. Y tanto sus hermanos como nosotros colaboramos para que así fuera. Pero lo de hoy era diferente: eran preguntas directas y "al grano". Ya no cabían evasivas. La magia tocaba a su fin. No había más remedio que decir "la verdad".Estoy seguro que si mi hija viviera en otro entorno, más cercano a la naturaleza, menos lleno de ruido y rumores colegiales, su inocencia por los reyes magos habría perdurado otros dos o tres años más. Pero de nuevo estamos en nuestro dilema: acercarnos más a la naturaleza para preservar ciertas esencias vitales o tratar de vivir ese "mundo diferente" en nuestro día a día. El salto definitivo a lo primero es difícil; vivir de continuo lo segundo todo un reto.Mi mujer tuvo que asentir a su pregunta sobre los reyes y sobre lo que había escuchado en el "cole". Y le ofreció aclaraciones:-"¿Pero, tú quieres saberlo de verdad?"-"No", contestó Eva.Se quedó pensativa unos instantes y rápidamente formuló la otra "gran" pregunta:-"¿Y el Ratoncito Pérez?. Ese sí que existe, ¿verdad mamá? ¡No es posible guardar tantos dientes durante tantos años!"Mi mujer mantuvo la compostura y se aguantó la risa.En el almuerzo Eva me ha contado su medio-descubrimiento. Y digo "medio" porque su razonamiento de nuevo se convierte en gran maestra para la vida. Sabe que los comentarios de sus compañeras de clase eran ciertos. Su madre se lo ha confirmado esta mañana. Pero sin lugar a dudas no está dispuesta a hacer concesiones respecto a la magia:-En primer lugar ¡el Ratoncito Pérez sigue existiendo!-Y en segundo lugar, con una contundencia que nos ha provocado una gigantesca carcajada, ha proclamado: "Desde luego, cuando yo sea mayor, no pienso organizar el tema de los regalos de reyes magos para mis hijos; pienso esperar a que sean los reyes los que se los traigan"Parecen razonamientos inocentes de una niña de 9 años. Pero si nos paramos a pensar contienen la sabiduría de un ser que hubiera vivido ya decenas de vidas anteriores. ¿Qué es la realidad? ¿Qué es verdad o qué es mentira? ¿Es más real la noticia que se rumorea en el recreo respecto a los Reyes Magos porque cada vez son más niños los que la comparten, o es más real la magia que yo he vivido durante tantos años y durante tantos y tanto momentos? ¿Es más real lo que me informan desde fuera o lo que yo vivo y experimento desde mi creencia? ¿No es acaso verdad que aquello en lo que yo CREO es capaz de CREAR UNA REALIDAD? Y si esa realidad me hace tremendamente feliz, ¿por qué optar por la que proclaman otros, aunque sean mayoría? ¿Hasta qué punto estoy dispuesto a renunciar a la magia que tengo por lo que me digan otros? ¿Nos fiamos de la realidad del telediario con todos los miedos que trae consigo, o nos fiamos de la magia que somos capaces de crear por nosotros mismos? ¿Terrorismo yihadista u O Couso?Nosotros lo tenemos claro: estamos con los Reyes Magos y todos los Ratoncitos Pérez del mundo