Revista Religión

Rezos a la Pastora al compás de sevillanas

Por Soy_pastoreno
Rezos a la Pastora al compás de sevillanas
Grupo de sevillanas oriundo de Cantillana. Cuatro voces femeninas y un poeta pastoreño componen este quinteto que actúa una vez al año con el estreno de una composición que cala en los devotos de la Divina Pastora y que ahora plasman en un disco, a la venta a partir de la próxima semana.
El epicentro de la vida en Cantillana es la Divina Pastora. El primer nombre que se aprende y el último que se recuerda cuando la ancianidad cubre de niebla la memoria. Es el motivo y el sentido, el camino y la esencia. «Completa, guapa, perfección, con la que nadie puede». Todo parte desde la Virgen y con Ella todo se organiza, se dispone y se le encomienda. De todo se la hace partícipe. Hay quien lo hace rezando ante su camarín y quien dedica sus plegarias cantando. Así lo hacen Las Niñas de Martín Rey.
A la vez que se les llena la boca, se quedan cortas de palabras para expresar lo descrito. Con la emoción temblando en sus voces desgajan lo que supone la Pastora en sus vidas. Ella fue la que unió a este grupo en 2004, creando una familia desde el seno del coro de la Hermandad. El alma mater, sustento y «padre» de estasniñas es Antonio Portillo, Porti, «el gran trovador de la Pastora», quien desborda su sentimiento afinando de forma precisa las palabras y los arpegios de las cuerdas de su guitarra. Él, entonces director del coro, decidió crear un grupo con sus mejores voces femeninas: Pastora María Palma, Rocío Blanco, Pastora María Ferrera y Mª Carmen Espinosa. Pioneras en cantar a la Virgen el sábado de romería, pues nunca antes un grupo de mujeres lo había hecho. Y en un destacado lugar, el hospitalario balcón del matrimonio Barrera López, al inicio de la señera calle de Martín Rey, la de «la gala y la gloria» que refieren las sevillanas. Una única actuación anual, con una única sevillana –con sus 4 partes– cantada al paso de la carreta, con autoría de música y letra exclusiva de Portillo, han sido lo que han dado la fama al grupo, que la misma gente se encargó de nombrar con el cariñoso apelativo de «las Niñas» y cuya actuación es esperada con ansia. Más allá de «las verdades» y del sentimiento que va en cada acorde y cada rima, el éxito está en que «el centro es la Pastora, y la Pastora es atemporal» grabándose y permaneciendo todo lo que a Ella respecte.
Las Niñas de Martín Rey han ido sumando un destacado patrimonio sentimental y devocional, muestra del «privilegio», «bendición» y «primera herencia» que supone ser pastoreño. El mismo pueblo que las ha nombrado, las espera y aplaude, ha sido quien ha insistido en que grabaran ese material para perpetuarlo. Animadas por esa idea y «por reconocer 11 años de meritorio trabajo de Antonio, para que no se pierda todo ese sentimiento y dedicación», el 1 de julio arrancaron la grabación del disco. Trabajo casi artesanal, sufragado por los integrantes del grupo, realizado «por Ella y para Ella». La casa de Mª Carmen en la aldea de Los Pajares –donde se encuentra la ermita y se realiza la romería– fue el estudio en el que, durante 25 días, se emocionaron recordando composiciones que han sonado solo una vez y han quedado en los ecos de la calle y las emociones de los corazones. De alguna manera, «aunque sean sevillanas, no dejan de ser oraciones. Es una forma diferente de rezar, y nosotros lo hacemos desde un balcón cantándole».
El disco, cuya portada es obra de Luis Orquín, recoge las sevillanas desde el año 2004, dos plegarias obra de Porti –«que otros coros han hecho suyas, cambiando Pastora por su advocación»–, emociones y anécdotas, como aquella «quinta sevillana» que compuso sobre la marcha en la lluviosa romería de 2012 y cuyo estribillo –«vaya alegría / vaya alegría / que hasta la lluvia viene / a tu romería»– consiguió que la calle «se viniera abajo».
Comercios locales y ellos mismos venderán el disco a un precio simbólico «para cubrir costes». Un proyecto especial que ve la luz en este anhelado año en el que la imagen de la Pastora, tras cinco años y como marca la tradición, volverá a peregrinar a la ermita. Año especial que igualmente se verá en las sevillanas que le cantarán en el balcón de Martín Rey, de las que Porti, con emocionada sonrisa, se reserva su contenido.
«La gloria tiene que ser como el camarín de la Virgen», aseguran. Y están convencidos de que los que ya han llegado al cielo «han visto que la que está allí es la Divina Pastora». Es «a todos los pastoreños que ya no están» a quienes dedican este disco, pues suya es la semilla que ha germinado en tal redil devoto. Porque todo viene de Ella y hacia Ella se dirige, esto no deja de ser «una ofrenda de amor a la Pastora», que seguirán manteniendo y cantando «hasta donde Ella quiera», como aseguran al unísono. Al mismo al que determinan que el estribillo que más les representa es aquél de las primeras sevillanas, las de 2004, que dice «a gala siempre lo llevo /y mi boca lo pregona / lo que de niña te enseñan / mi fe se llama Pastora / mi orgullo es ser pastoreña».
Francisco J. Dominguez
El correo de Andalucia, 30/08/2015.

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