Revista Cultura y Ocio
Rialto, 11. Naufragio y pecios de una librería, de Belén Rubiano
Publicado el 20 octubre 2019 por Goizeder Lamariano MartínTítulo: Rialto, 11. Naufragio y pecios de una libreríaAutora: Belén Rubiano Editorial: Libros del Asteroide Año de publicación: 2019Páginas: 238ISBN: 9788417007751No recuerdo en qué blog vi una reseña de este libro. No lo conocía y a su autora tampoco, pero la portada y el título me conquistaron. Lo reservé en la biblioteca y esta semana ha llegado a mis manos, donde ha durado menos de 24 horas. Rialto, 11. Naufragio y pecios de una librería es una joya. Una delicia. Una historia cálida y reconfortante como solo los libros pueden serlo. Porque de eso habla Rialto, 11. De libros, libreros, librerías, editoriales, escritores, lectores. Su autora, Belén Rubiano, nacida en Sevilla en 1970, comenzó a trabajar en una cadena de librerías en su ciudad natal y así aguantó estoicamente durante diez años haciendo frente a una jefa machista, maleducada y déspota. Hasta que por fin se animó a cumplir su sueño de abrir su propia librería. Escogió un local pequeñito de la plaza Jerónimo de Córdoba, a la que los sevillanos llaman Rialto por unos cines que se ubicaron ahí desde 1943 hasta 1981. La amuebló con mimo artesanal y abrió las puertas de Rialto, su hermosa librería. Separada, madre de una niña pequeña y librera advenediza, Belén Rubiano comprende enseguida que el sueño no es como ella había imaginado. Que los números rojos, las facturas, la lucha con editoriales y distribuidores o los lectores que no llegan lo empañan todo. Pero ella está dispuesta a arriesgar cualquier seguridad por perseguir su sueño. Y lo hace con pasión, con auténtica devoción por los libros.¿Quién no ha fantaseado alguna vez con abrir una librería? Yo, desde luego, sí. Hace cinco años, cuando mi marido, mi hijo que entonces tenía seis meses y yo volvimos de Madrid a Pamplona y mi padre acababa de fallecer estuvimos a punto de invertir parte de la herencia en montar una cafetería-librería. Es imposible no sentir una gran empatía por Belén Rubiano, quien confiesa en la solapa del libro que entre inconstantes y erráticos estudios de hasta cuatro carreras su única constancia hasta la fecha ha sido la lectura. A mí con eso ya me ganó. Y si le añadimos su sinceridad, su sentido del humor, su ironía y hasta su mala leche, esta lectura es una auténtica delicia. Con un estilo muy personal, Rialto, 11 son unas memorias muy especiales, llenas de vitalidad. A través de una pequeña introducción, una primera parte compuesta por 13 capítulos y una segunda de 30, las anécdotas y los recuerdos se van sucediendo con auténtico deleite, haciendo que las páginas vuelen. Entre música clásica, fados y cafés, entre montañas de ejemplares de Los pilares de la tierra de Ken Follett, Belén Rubiano recuerda sus vivencias con lectores, aprendices de escritores que le obligan a leer sus manuscritos, ladrones, estudiantes, otros libreros a los que tiene que soportar en encuentros con escritores organizados por editoriales o sus andanzas como crítica literaria por amor al arte en revistas, radios y televisiones. Ante los ojos de los lectores desfilan autores tan dispares como Nietzsche, Faulkner o Vila-Matas. Editores tan onmipresentes como José Manuel Lara. O clientes tan delirantes como un motorista célibe. Y todos ellos arrancarán nuestras carcajadas y despertarán nuestra ternura. Pero todo llega a su fin. Y el de la librería Rialto llegó en el otoño de 2002. Y el lector llega al final del libro. Y ambos finales nos despiertan las mismas sensaciones. Tristeza, nostalgia, añoranza. Porque, al menos a mí, me hubiera gustado poder quedarme en Rialto, 11 para siempre. Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.