‘Elefante blanco’ podría ser otra película de barrios bajos y umbral de la pobreza rebasado, pero lo cierto es que contiene un buen compendio de suspense y denuncia social. Y además, sale Ricardo Darín. Qué más queréis?
El director argentino Pablo Trapero, no solo es un buen cineasta, con adecuado uso del ritmo y plano corto que enfatiza y aporta complicidad con el espectador, cosa que ya demostró en sus películas anteriores, especialmente en ‘Carancho’, sino qué además ha resultado ser un especialista en el desarrollo de tramas de thriller en torno a temas de verdadero drama social, con el objetivo de naturalizar el contenido para ampliar el mensaje. Y eso sin politizar en extremo, sin dramatizar más que lo justo, para que casi no asistamos a un film sino a un documental.
Esto ha intentado el cineasta y lo ha conseguido sin complejos, con afán de homenaje, aunque tal vez en ese aspecto haya pecado de entregar demasiado de sí mismo. La película resulta demasiado lineal en discurso, como si el objetivo no estuviera en las formas sino en los fines y por ese camino la trama parece diluirse en un mar de escaparatismo unidireccional. Demasiado dedo acusador hacia los “malos” y poca relativización de ciertos condicionantes generales.
No es negacionismo, sino gusto por el énfasis narrativo.
La historia nos cuenta como el padre Julián, un misionero de las más complejas necesidades, atiende la fe y prosperidad de un suburbio chabolista que crece desafiante a escasa distancia de las grandes avenidas de Buenos Aires, al pairo de un gigantesco hospital nunca acabado, promesa política jamás cumplida qué sirve de escenario, de motivo y de consecuencia de todo lo que veremos en el metraje. El gran Elefante blanco.
En un momento dado, perdemos la ficción de golpe y parece qué asistiéramos solamente a una petición audiovisual para canonizar santos. Tal vez ahí la película pierda su capacidad para cautivar más allá de la previsible traca final.
Solo el juego psicológico que propone las dudas morales y la crispación de fe que sienten ambos religiosos aporta cierta verosimilitud cuando todo parece apuntar al biopic de sobremesa. Gran interpretación de Ricardo Darín (como siempre) que no da respiro a un bastante impostado Jérémie Renier.
Una muy buena película que pierde fuelle cuando más reivindicativa se pone, pero que permite conocer un poco más una situación (que como ya ocurriera con sus dos anteriores títulos), removiendo las conciencias necesarias, para poner cartas en el asunto. Cine social en estado puro.
Película: Elefante blanco
Dirección y guión: Pablo Trapero
País: Argentina y España Año: 2012
Duración: 90 min Género: Drama
Interpretación: Ricardo Darín (Julián), Jérémie Rénier (Nicolás), Martina Gusman (Luciana).
Producción: Alejandro Cacetta, Pablo Trapero, Juan Gordon, Juan Vera y Juan Pablo Galli
Música: Michael Nyman
Fotografía: Guillermo Nieto
Distribuidora: Alta Classics
Estreno en España: 13 julio 2012