Repasando las entradas hechas en este blog otros veranos veo que las referidas a películas abundan en estas fechas. ¿Motivo? Pues simplemente escapar de los fuertes calores en la sala refrigerada disfrutando de una interesante historia. Sin lugar a dudas éste es uno de mis placeres veraniegos. Sin embargo (este año parece que todo se ve corregido por una adversativa mayúscula), sin embargo, como digo, este verano está siendo peculiar por culpa de ese enemigo silente e invisible de nombre siniestro: el/la COVID19.

Primero el confinamiento y luego las fases de desescalada dejaron el disfrute visual para el final de las distintas fases. En mi ciudad natal no fue hasta el pasado viernes 10 de julio que algunas salas decidieron aprovechar el levantamiento de la prohibición y en medio de todo tipo de prevenciones y protocolos de seguridad comenzar a proyectar títulos, algunos relegados varios meses por culpa del susodicho coronavirus. Es el caso de la última película realizada por mi admirado Richard Linklater, "¿Dónde estás, Bernardette?".
Hasta que muy tímidamente los exhibidores se vayan atreviendo a jugársela dado que los espectadores que acuden son muy pocos por culpa del miedo a los recintos cerrados, yo como tantas otras personas he disfrutado del Cine -y lo sigo haciendo- a través del sucedáneo de la pequeña pantalla. Ayer mismo vi en Movistar una película que me impresionó y me gustó mucho, "Los Miserables" de Ladj Ly, un joven realizador que debutó en Cannes con este film en 2019 cosechando todo un sinfín de distinciones: César a la mejor película, al mejor actor revelación, al mejor montaje, César del público, Premio del Jurado... En España ese mismo año fue distinguida con el Goya a la mejor película extranjera.
¿Dónde estás, Bernardette?Comenzaré hablando de la de Richard Linklater, realizador al que admiro y sigo desde hace ya tiempo. Mi enganche con él comenzó en 2013 cuando vi "Antes del anochecer" [leer reseña aquí], tercera entrega de la saga temporal que cada nueve años realiza o, al menos hasta ahora, realizaba sobre la vida de una pareja (la primera fue "Antes del amanecer" en 1995, y "Antes del atardecer" en 2004). Es un muy interesante experimento sobre el paso del tiempo y las relaciones de pareja el que realiza el cineasta en estos tres títulos protagonizados todos ellos por la misma pareja de actores, Julie Delpy y Ethan Hawke, en quienes, además, su edad real coincide aproximadamente con la de los miembros de la pareja ficticia.
El experimento sobre el efecto destructor del tiempo (cambiante o destructor prácticamente viene a ser lo mismo porque...) lo plasmó al año siguiente en "Boyhood (momentos de una vida)", un paseo por la niñez y adolescencia en tiempo real a lo largo de 12 años desde los despreocupados 6 años del personaje Mason (Ellan Coltrane) hasta los 18 en que el adolescente descubre o intuye el amor, una vez finalizado el instituto y presto ya a abandonar la casa familiar, camino de la Universidad. El film también lo rodó en tiempo real en sólo 39 jornadas utilizando dos tres días de cada uno de esos doce años. Dos años más tarde, en 2016, realizó una especie de precuela del ciclo "Antes de..." que bien podría considerarse ya iniciada en "Boyhood". Me refiero a "¡¡Todos queremos algo!!", quizás de las películas suyas que he visto aquella en la que la música tiene un mayor protagonismo [leer reseña aquí]. En ella el personaje, Jake Bradford, llega al campus de la Universidad de Texas para iniciar sus estudios superiores. En cierto sentido este film también pueda verse como secuela de "Movida del 76" escrita y dirigida en 1993 por el mismo Linklater en la que muestra la vida de cinco chicos durante su último año de instituto.

La historia gira en torno a una arquitecta y madre agorafóbica llamada Bernadette Fox (Cate Blanchett), que desaparece antes de emprender un viaje familiar a la Antártida. La historia es narrada por su hija Bee Branch (Emma Nelson), de 15 años. Bee es una excelente estudiante que recuerda a sus padres (Bernadette y Elgie (Billy Crudup) la promesa que le hicieran sobre viajar a la Antártida si sus resultados escolares eran buenos. Y esta vez, milagrosamente, ellos aceptan. Desde ese momento el personaje huidizo, insociable y antipático de Cate Blanchett no sabe qué hacer para evadirse de este compromiso. Su vecina Audrey (Kristen Wiig), quizás quien más sufre en su relación con ella, será paradójicamente la tabla de salvación de Bernardette.
Como en otros de sus filmes Linklater aborda el tema de la maternidad y el trastorno que supone para la vida profesional de una mujer. Bernardette era una arquitecta premiada y muy reconocida por sus soluciones e ideas arquitectónicas que tras sus problemas de embarazo y consiguiente maternidad desaparece de la noche a la mañana del panorama profesional. Esta decisión le ocasiona problemas psicológicos y de relación que no sabe superar más que a base de fármacos que ahondan aún más su agorafobia y falta de sociabilidad. Ver cómo se desenvuelve la actriz en este tipo de personaje ya es un dato a favor de la película. El otro sin lugar a dudas sean los preciosos paisajes de la Antártida que paradójicamente pese a la soledad inherente a ellos van a ser la mejor medicina para que Bernardette retorne a la sociabilidad perdida.
Todo el film, como he dicho, está al servicio de la magnífica actriz que es Cate Blanchett que, sin lugar a dudas, es la sostenedora del mismo. Pero hay otros actores como sobre todo Kristen Wiig que logran añadir a la película ese punto de comedia necesario. Kristen Wiig en el papel de vecina quisquillosa y presidenta de la Asociación de Padres y Madres de la Escuela a la que asisten Bee y su propia hija está fantástica y sin duda alguna es otro de los atractivos del film.
Una película que mezcla debidamente la comedia con el drama y que en mi opinión es una muy buena opción cinematográfica de verano. Nada más, pero también nada menos.
"Los Miserables"La película de Ladj Ly es muy diferente a la anterior. Aquí estamos ante la ópera prima de un cineasta francés que presenta un producto que se sale del marco afable, ameno y desenfadado, al que últimamente el cine francés nos tiene habituados. No, aquí no estamos ante una historia amable para nada. Ladj Ly es un ciudadano francés de padres malienses nacido en 1978 que antes de dirigir este su primer largometraje había realizado documentales, cortometrajes y había actuado en películas de otros directores como Romain Gavras.
La trama cuenta lo siguiente: el policía Stéphane (Damien Bonnard) se une a las brigadas anticriminales del distrito parisino de Montfermei, donde conoce a sus compañeros Chris (Alexis Manenti) y Gwada (Djebril Zonga). Ambos le muestran las enormes tensiones que existen entre los distintos grupos organizados cuyo único objetivo es hacerse con el control de la zona. Pronto conocemos la distinta manera de entender la profesión y función policial por parte de cada uno de ellos: Chris bordea el mundo de los delincuentes empleando sus mismos métodos intimidatorios y violentos; Stéphane es un policial fiel a la legalidad y a los derechos de los ciudadanos; por su parte, Gwada es un superviviente que se mueve entre esas dos aguas quizás por su propio origen étnico y cultural.

La película tiene mucho de documental pero sabe ligar ambos géneros realizando un auténtico docudrama que ilustra la realidad valiéndose de la ficción. La actuación de todos es magnífica. Me ha gustado mucho la de los chicos en especial la de dos de ellos: Issa Perica en el papel de sí mismo, Issa; y Al-Hassan Ly en el papel de Buzz el niño que juega y graba con su dron cuanto sucede en su calle. La dureza de la vida de estos chicos junto a la alegría innata a los mismos es uno de los grandes activos del film. Desde luego, siempre se dice, la esperanza de futuro reside en los niños, pero ¿podemos estar satisfechos con lo que se nos avecina de seguir así?
Ladj Ly ha dicho que lo que ha pretendido mostrar con su película es la existencia en Francia de dos o más realidades superpuestas que siempre están a punto de estallar. ¿Hay solución? No sé. Visto lo visto en este largometraje no puedo pronunciarme. Sólo me quedo con la excelente producción que es. Magnífica. Merece ser vista sin duda alguna. Para mí ha representado la reconciliación con el Cine francés del que tanta comedia tonta o falsamente profunda tipo algunas de Daniel Auteuil, Audrey Tautou, Omar Sy y otros me habían expulsado.