Revista Coaching

¿Riesgos al practicar la meditación?

Por Solelkartea @asociacionsol

La meditación es una práctica que para realizarla de manera correcta necesita años de experiencia y ayuda de un instructor.

Este artículo viene motivado por una consulta que se realizó en el apartado “Apoyo psicológico on-line” del blog de Eduard Punset. En dicha consulta una persona quiere saber por qué la práctica meditativa entraña riegos para las personas que padecen una patología psíquica.  Dado que ha sido objeto de múltiples comentarios, desde la Asociación SOL hemos decidido aportar nuestro granito de arena al debate y aclarar posibles dudas sobre la meditación, técnica en la que nos apoyamos para elaborar nuestro modelo de “Conocimiento Interior”.

La meditación es una práctica que para realizarla de manera correcta necesita años de experiencia y ayuda de un instructor. Ejecutada en una progresión adecuada, nos proveería de un sistema nervioso fuerte para soportar contenidos no-conscientes y no habituales que una persona sin la percepción “ampliada” no es capaz de percibir, es decir, un estado de percepción diferente al que podemos llamar no-dual, que es verdaderamente el objetivo de la práctica.

En ese sentido, la práctica del “mindfulness”, a nuestra forma de entender este neologismo, tiene que ver estrecha y directamente con la meditación. “Mindfulness” es  vivir con pura atención en los acontecimientos que la vida depara; dicho en una sola palabra podemos llamarlo “contemplación”, o dicho de otra forma, “meditación exterior”. Si una persona tiene problemas con la meditación interior, también los tendrá con la meditación exterior. La meditación es una herramienta muy poderosa en la búsqueda del Ser y con ella no se pretende la relajación, estados de bienestar o curar procesos mentales (aunque en algunas ocasiones ello ocurra). Lo habitual es que no haya contraindicaciones, pero en el caso de mentes obsesivas con delirios, fobias, obsesiones, etc. es contraindicada y menos sin un instructor.

Como hemos mencionado al principio, una de las cualidades de la persona que practica correctamente la meditación es la de tener un sistema nervioso maduro. Hasta llegar a este punto de ecuanimidad el sujeto pasa por muchos avatares que lo someten por altibajos a nivel psíquico, físico y emocional. Es por ello que somos partidarios de complementar la práctica meditativa con otras técnicas antes de meternos en profundidad en ella. Una técnica favorable es la “bioenergética”, una psicoterapia que se vale de ejercicios corporales para deshacer tensiones crónicas  y aprender  a  expresar emociones negativas  que junto a otras herramientas puede ayudar a afianzar el sistema nervioso de manera plausible.


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