Tiene 23 años, aunque aparenta 13. Su sonrisa es pequeña, como ella y su talento enorme. Rika Masato toca el violín con maestría y cuando interpreta el capricho numero 5 de Paganini te deja con la boca abierta. Una exhibición de habilidad y talento. Un espectáculo digno de verse y oírse. Por eso, si pasa por tu ciudad, siéntate en la primera fila del teatro y además de escuchar, observa sus manos con atención. Quedarás asombrado. ¿Puede hacer eso?, te preguntarás. Si, puede.
El otro día llegó desde Hiroshima, Japón, hasta La Coruña, para interpretar junto con la Orquesta de Cámara gallega obras de Schubert y Kreisler. Una delicia.
Pieza extra; porque no todo van a ser libros.