Está ambientado en el Madrid de los días previos a la Guerra Civil española, donde se entremezclan personajes como Azaña, Antonio Primo de Ribera, comunistas, espías de todo tipo, generales- entre ellos Franco-, familias nobiliarias… y todo ello acompañado de arte en su versión pictórica, en concreto la obra de Velázquez. Está ambientado en el Madrid de los días previos a la Guerra Civil española, donde se entremezclan personajes como Azaña, Antonio Primo de Ribera, comunistas, espías de todo tipo, generales- entre ellos Franco-, familias nobiliarias… y todo ello acompañado de arte en su versión pictórica, en concreto la obra de Velázquez. El personaje principal, Anthony Whitelands, es un inglés experto en Velázquez, que viaja a España por una propuesta profesional con el objetivo de tasar unos cuadros. Partiendo de ahí, este inglés se ve envuelto en constante desventuras y romances entrando en contacto con algunos de los actores principales de los caóticos momentos que vivía España. No es el tipo de novela que suelo leer pero… ¡lo que es el márquetin!, tras ver una entrevista televisiva a Eduardo Mendoza, me picó la curiosidad por el libro. Empezaré mi opinión por lo que no me ha gustado del libro. El personaje principal, en muchos momentos tiene la inteligencia justa para pasar el día. Esto supone un problema importante para mí, ya que me suelo volcar más en la lectura cuando me identifico con los actores principales. Y no es porque me crea de una inteligencia extraordinaria, pero es que pensar en mi persona como un ingenuo no me reconforta demasiado, por lo tanto me ha supuesto un esfuerzo estar interesado en lo que le acontecía a Anthony. No obstante, este hecho es el que facilita las peripericias que vive este experto en arte y añaden a la historia cierto grado de comedia. El ritmo del libro no es uniforme; empieza muy muy lento y la historia no toma cuerpo hasta pasadas más de doscientas páginas, por lo que en varias ocasiones me planteé dejarlo sin terminar. Si lo acabé de leer fue porque hay varios aspectos que son de mi agrado. Me interesaba cómo trataba los antecedentes de la guerra española, coincidiendo en ocasiones con parte los planteamientos que Eduardo Mendoza pone en boca de alguno de los personajes. Aunque es historia “ficcionada” resulta interesante, al menos para mí. El otro elemento que destaco es la parte relacionada con la pintura, de la que soy un gran desconocedor y me resultaron muy estimulantes las explicaciones que se hacen de los diferentes cuadros que comentan en la novela. Por último, me ha gustado el trato que el autor ha hecho del lenguaje empleado por los personajes, adecuándolo a la época y a la condición social de los mismos. Si buscas un libro de acción este no es el tuyo, pero si lo que estás buscando es una novela ambientada en una época importante de la historia reciente de España, con un buen trato del idioma y tienes inclinación por la pintura, este libro es para ti.