Rincones con encanto: Rancho Grande

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Catacocha desde cerro de las antenas

No sabíamos qué camino tomar y fuimos a la pura aventura dejándonos guiar por la curiosidad. Eran de esos días que no planeas nada y los pies son los que te marcan el camino sin pensar hasta donde te pueden llevar.
-    - ¡Subimos a las antenas y vemos lo que hay detrás!, a los dos al unísono se nos ocurrió lo mismo.
Dicho y hecho, por las escaleras de enfrente de la Cooperativa Loja subimos, no sin dejar de mirar hacia atrás contemplando unas vistas de Catacocha que no habíamos visto nunca, otra perspectiva diferente a las que estamos acostumbrados.En lo alto del barrio Colinas del Calvario estuvimos un buen rato admirando las vistas, mientras la decisión de bordear el barrio Reina del Cisne por el cerro de las antenas ya estaba tomada.
Por unos pequeñísimos senderos cerca de media hora estuvimos caminando absorbiendo los nuevos perfiles de la ciudad que se nos presentaban cada vez que nuestra mirada retrocedía. Disfrutando  de un cerro que invita a pasear bien cerca de la ciudad, desconectándose totalmente de la rutina diaria llegamos a la estación eléctrica, comienzo de la vía hacia Rancho Grande, uno de los numerosos barrios de nuestra ciudad.

"Y" de entrada a Rancho Grande

Sólo en veinte minutos de camino llegamos a la “Y” que dispersa el barrio en dos caminos, que se unen formando un cuadrado donde escasas viviendas con techo de zinc reposan observando el valle de Playas y Casanga.
El gran pedrusco que preside a modo de centro barrial impresiona por su tamaño e invita a divisar el paisaje desde lo más alto. Subida incomoda pero realmente merece la pena observar las vistas que regala.
Una de esas vistas es la subida del cerro donde residen las antenas y por donde queríamos subir de vuelta a Catacocha, asusta más la vista que hacer la subida hacia el barrio de las Colinas del Calvario por la ladera, con un desnivel bastante pronunciado pero relativamente posible de hacer. Lo hice yo, que soy un torpe en subida osea que cualquiera puede realizarlo.
La recompensa una vez arriba es tremendamente satisfactoria pues mirar por dónde has subido te hace creerte un superhéroe.