Hoy tengo el placer de compartir este magnífico rincón de la ciudad de Madrid contigo.
Es la Plaza de la Villa, que se encuentra en pleno casco histórico, entre el Palacio Real y la Puerta del Sol.
Este enclave recuerda más a una plaza de un pueblo con sus edificios principales, que a una plaza en plena capital. Por eso para mí es un lugar mágico, sobre todo si te adentras por los callejones que rodean a esta plaza, donde encontrarás un trazado urbano de calles estrechas y sinuosas que recuerdan el pasado medieval de la villa de Madrid.
Pues bien, vamos a conocer un poco más este lugar:
La Plaza de la Villa ya existía en la época medieval, es más, en ésta se encontraba uno de los principales mercados del antiguo Madrid.
No siempre tuvo este nombre, anteriormente se llamaba plaza de El Salvador, por encontrarse enfrente de ésta una parroquia con dicho nombre, donde se reunía la asamblea de vecinos de la ciudad. Hoy día esta parroquia no existe, pero una placa recuerda su ubicación en el nº 70 de la calle Mayor.
El mercado de la Plaza de la Villa desapareció cuando se creó el mercado de la Plaza del Arrabal, actual Plaza Mayor. Por lo tanto, la Plaza de la Villa pasó a albergar las instituciones encargadas de la compra-venta. Y aunque esta plaza ya no fuera importante por su mercado, lo fue porque la nobleza de la época escogió éste lugar para albergar sus residencias nobiliarias; además, aquí se encontraba el Concejo de la villa.
Esto sería una descripción de la plaza, pero ¿qué hay de los edificios que encontramos en ella?
Fue edificada en el S.XV, por lo que es una de las casas más antiguas que se conservan en Madrid. En este lugar vivieron varias generaciones de la familia de los Lujanes.
El edificio está construido en ladrillo y mampostería, destacando su esbelta torre. En ella fue encerrado Francisco I, rey de Francia, tras la batalla de Pavía en 1525.
También se merece este edificio que mencione sus dos puertas: una de ellas con arco de herradura apuntado, de estilo mudéjar; y la otra, de influencia gótico civil.
Como curiosidades, durante el reinado de Fernando VII (1813-1833), en la torre de este edificio se encontraban las instalaciones del telégrafo óptico de Madrid. Desde 1858 es la sede de la Sociedad Económica Matritense de amigos del País y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Por cierto, el almenado de la torre no es original, ya que se añadió en una reforma del S.XIX.
Esta casa-palacio data del S.XVI, es decir, un siglo después que el edificio visto anteriormente. Se construyó en estilo plateresco.
El nombre de la casa viene a que fue construida a instancias de un sobrino del Cardenal Cisneros. Recordarte que el Cardenal Cisneros fundó la Universidad Cisneriana de Alcalá de Henares y fue regente del Reino tras la muerte de Fernando el Católico.
Del interior del edificio destaca su patio central y el Salón de Tapices, donde encontramos unos tapices de alta calidad y del S.XV comprados por el Ayuntamiento en 1945 a la Catedral de Zamora.
Una de las reformas más importantes que sufrió el edificio fue la construcción del pasadizo elevado que comunica la Casa de Cisneros con la Casa de la Villa.
Hoy día, la Casa de Cisneros alberga diversas estancias municipales, pero llegó a tener usos diversos; por ejemplo, fue el lugar donde estuvo en prisión Antonio Pérez, que fue el secretario de Felipe II.
- Patio de Cristal: estuvo abierto hasta que en el S.XIX se añadió una cúpula. Esta sala destaca por las vidrieras que encontramos en su techo y por el uso del mármol en toda la estancia.
- Sala de Reuniones: es la sala más importante del edificio, ya que en este lugar se celebraban las discusiones políticas. En la cúpula de ésta sala encontramos pinturas de Antonio Palomino.
- Sala de Goya: es el lugar dedicado a las grandes recepciones, el nombre de la sala se debe a una pintura de Goya dedicada a Madrid, "Alegoría de la Villa de Madrid", que representa a Madrid como una mujer con escudo de armas y señalando los acontecimientos del 2 de Mayo de 1808 durante la invasión de las tropas napoleónicas.