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<Está amaneciendo, levanta… No sabes el bien que puede hacer un rayo de sol a un hombre>
Director: Salva Volta
Adaptación: Alberto Conejero
Intérpretes: Rulo Pardo y Santiago Molero
Basada en la novela ejemplar de Miguel de Cervantes, la reelaboración de la compañía Sexpeare recupera una de esas obras de Cervantes que todos hemos estudiado pero no leído con el debido interés y atención.
De ahí las constantes mofas y referencias a la longitud de la novela, supuestamente 20 páginas de las que 6 son presentación del propio Cervantes. Evidentemente, en un año del “Quijote” –en este caso de la segunda parte- la idea de recuperar un título cervantino que juegue de manera intertextual con la gran novela era en sí una buena idea.
La reelaboración está plagada de guiños a la actualidad, tanto desde el punto de vista de la monarquía, como de la corrupción, como del abuso de autoridad… En definitiva, el mensaje tiene que ver con lo parecidos que son los problemas y los sentimientos del hombre y la mujer aunque pase el tiempo.
Llegados a Madrid, hay dos referencias que he querido encontrar en esta representación.
Por un lado, el teatro clásico representado por las máscaras de la comedia y la tragedia. Siguiendo el modelo, he querido encontrar en Rinconete a un Don Latino de Hispális que intentan por todos los medios animar a su buen amigo Max Estrella –Cortadillo-
La cara trágica encarnada en Cortadillo está magistralmente interpretada y supone esa frustración del realista pesimista.
Se quejan de Cervantes porque a sacado a la luz sus vergüenzas, sus miserias, porque no ha valido la pena que el gran escritor de Alcalá quisiera retratar todo lo que vivieron.
Sin embargo, Rinconete se ciñe una y otra vez a la obra con la idea unamuniana de que el personaje solamente vive en la obra y la obra solamente vive en el personaje. Ambos solamente viven en el espectador o el lector, esto muy bien trabajado por Vanessa Montfort desde hace bastantes años también en su novela y en su teatro.
En definitiva, teatro de muchísimos quilates que merece que pasemos a los Teatros del Canal a disfrutar de una de esas obras que te dejan clavado al sillón al ser conscientes de que un rayo de sol puede salvar vidas. No nos engañemos, la nuestra también. La esperanza es necesaria como la luz del sol en tiempos derrotistas y desencantados. Gracias porque vuestro humor y vuestro ánimo son muy necesarios. Tragicomedia o Comitragedia se trata de una obra que nos hará ver que mientras haya vida, mientras haya un resquicio de luz o de amor, habrá esperanza. Que la disfruten.
Adolfo Caparrós Gómez de Mercado